Lo que las aguas tranquilas no hacen
ConciertosTropical Fuck Storm ...

Lo que las aguas tranquilas no hacen

8 / 10
Javier Corral “Jerry” — 24-09-2022
Fecha — 22 septiembre, 2022
Sala — Kafe Antzokia, Bilbao
Fotografía — Eider Iturriaga

Para muchos músicos y tipos de músicas el leit motiv de su existir se encuentra en perseguir esa entelequia a la que llamamos "la canción perfecta". Escribe y describe mucho de la historia de la música popular. Pero su propia evolución (y a veces deconstrucción) nos ha llevado a otras variantes más impredecibles, que quizá ayuden a explicar algunas vanguardias artísticas, históricas también, alrededor por ejemplo de la mùsica contemporánea, por definición, y distintas músicas contemporáneas por extensión. Para Gareth Liddiard, un australiano que lleva un par de décadas dejando su firma en el rock más desafiante de su tiempo, todo comienza, o termina, en la búsqueda de la tormenta perfecta (olvídemos la concepción más asumida del término), sabedor que las tormentas nos pueden sacar algo que las aguas tranquilas no hacen. Y la ilusión de un brillante arco iris en el horizonte.

El rock como locución de fenómeno meterológico, o su alegoría. Antes con los Drones y desde hace poco más de un lustro con Tropical Fuck Storm, flota en ello. Esta es la cuarta vez que nos postramos a sus pies (recordamos aquellas dos en una semana en ARF y Andoain en 2019), sin contar al grupo anterior, y cada una tiene sus peculiaridades, por encima de la materia prima de sus canciones registradas, ahora ya a lo largo de tres lps y varios singles y eps. Y en que en esta nueva ocasión de la noche del jueves en un Kafe Antzokia que alberga cerca de 400 aficionados, el repertorio se basa en buena medida (seis de once) en temas de su álbum inicial "A laughin death in meatspace" (uno de los muy imprescindibles de 2018). A veces también echan mano de temas ajenos: tensionan el archifamoso "Stayin' alive" de los Bee Gees que entronca con su lado más insolentemente sexy, y alteran una quizá casi inadvertida sobre "Ann" de los Stooges (publicada en un reciente ep junto a "Heaven" de Talking Heads), a la que dan una vuelta de campana hacia una nueva dulce penumbra explosiva. Inadvertida es palabra que me viene tras charlar unos minutos con el excelente escritor y músico Luis Buillosa que se desplazó desde Pontevedra par la ocasión. No explicaré ahora el porqué, pero sí que Boullosa publicó en 2013 un muy recomendable libro, "El puño y la letra", donde reflejaba el contenido literario de grandes autores del rock alternativo como el propio Liddiard, junto a Michael Gira, Julian Cope o Aidan Moffat. Ahora por cierto, está a punto de publicar un ensayo sobre Lana del Rey.

Y no es que las canciones de TFS, volviendo a ellos, no muestren una construcción sensatamente ortodoxa, sin estribillos si se quiere, pero con un progreso (o proceso) que se atiene a una constante de intensidad amenazante, con distintos puentes y abundante uso de la distorsión desde la base de sonidos asociados tanto al art punk como al blues, noise, psych rock o pospunk sin atarse a ninguno. Por ejemplo, en "You left my tyres down", que practicamente unen a "Ann", y "Rubber bullies", dos auténticos monumentos de origen, que el cuarteto osa retorcer aún más y contextualizar en una propuesta más grupal (el papel de Fiona Kitschin, bajista, vocalista y su compañera, Erica Dunn, guitarra, teclas y voces, y Lauren Hammel, batería, cada vez es más significativo a todos los niveles). Algo de lo que sale beneficiado el propio Liddard, menos forzado y más dosificado en su tour de force vocal, como ya refleja su último álbum "Deep states", del que sin embargo sólo hacen la discursiva "Legal ghost". Cuando las tres mujeres se despiden, Gareth se queda sólo sentado en el suelo, no es una pose, está preparando los pedales que utlizará en el bis con las incendiarias "The future of history" y "Two afternoon". Toda tormenta (perfecta) necesita su aparato eléctrico, para que en efecto, pueda sacar ese algo que las aguas tranquilas no hacen.

A decir verdad la noche ya presagiaba tempestades eléctricas cuando Joseba Irazoki eta Lagunak (Ibai Gogortza, guitarra, Felix Buff, batería y Jaime Nieto, bajo) se subieron al escenario. Con la atenta mirada del propio Liddard al fondo (rarísima vez se ve una cosa así), el de Bera volvió a dar un concierto sobresaliente con sus dos últimos álbumes "Zu al zara?" y "III" de protagonistas. Este es sin duda el formato más engrasado de sus variados proyectos (sin ir más lejos también destacó la semana anterior con el quinteto de Petti en el homenaje a Mark Lanegan), y el que le otorga mayor poder de lucimiento y originalidad. Decir que el de Bera juega en la liga de los estratosféricos ya no es ningún secreto, aunque aún esté por descubrir en parte de la afición. Y el carácter de su música también proviene de fuentes cercanas a la del visitante aussie. Dos tormentas en una misma noche.

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