Un caos maravilloso
ConciertosTriángulo De Amor Bizarro

Un caos maravilloso

8 / 10
Sergio Iglesias — 26-11-2023
Fecha — 23 noviembre, 2023
Sala — Kafe Antzokia, Bilbao
Fotografía — Eider Iturriaga

En este mundo del periodismo musical actual, a menudo vamos sacando ese contenido tan necesario para sobrevivir en esta jungla de la información, utilizando para ello etiquetas vacías y bastante previsibles, metiendo a tal o cual artista o banda, en un saco o en otro, para intentar dirigir o situar al lector sobre lo que estamos viendo o escuchando.

Por suerte, últimamente cada vez hay más grupos empeñados en ponérnoslo difícil, cosa de la que me alegro, porque siempre he pensado, y así lo he dicho en muchas ocasiones, que no hay nada más injusto para un, o una música, que etiquetarlos.

Una de esas bandas que, desde que comenzaron, tuvieron claro que no iban a pasar por ese aro, son Triángulo de Amor Bizarro, quienes siempre han demostrado una personalidad única en un panorama –por suerte- cada vez más cambiante. En su caso, la apuesta inicial por el pop indie, y por el post punk, con los años se ha ido sofisticando y, de alguna manera complicando en el buen sentido, hasta llegar a un punk electrónico y garagero, que alcanza su punto máximo en el último trabajo de la banda, “Sed”, que precisamente, es el motivo o la excusa que les traía hasta Bilbao, dentro de la actual gira de presentación de un disco que, a buen seguro, encontraremos en unas semanas en las listas de los mejores álbumes del año en todas las revistas especializadas (“especializadas”, ese concepto tan etéreo en los tiempos que corren…).

Con tan sólo diez minutos de retraso sobre la hora marcada para el inicio del show, se presentaron sobre el escenario del Kafe Antzokia los y las cuatro miembros del grupo y, tras una breve intro con “Dinosaurio”, y sin mediar palabra, propinaron el primer hostión de la noche con “Robo tu tiempo”, muestra absoluta de ese sello característico del que hablábamos anteriormente, y cuya característica esencial es el maravilloso desorden y el caos que provoca el sonido de los sintes y los teclados, superpuestos sobre una base de rock clásico de guitarra y bajo, que van recorriendo el camino que, inalterablemente, va dibujando una batería que no para ni un segundo de marcar el ritmo de un concierto, en el que las cosas fluyen de una manera absolutamente natural; todo ello manteniendo una innegable actitud punk, que es la que destila la voz de Rodrigo, encargado de protagonizar los momentos más salvajes del bolo, como la interpretación de “Cómprate un yate”, “Huele a colonia chispas”, o “Ruptura”.

Pero lo bueno que tiene esta banda, es que, aparte de manejar un repertorio infalible, saben confeccionar unos setlist en los que los cambios de ritmo son evidentes, pero no chirrían ni llegan a aburrir en ningún momento, perfectamente equilibrado por ese contraste que provocan las dos voces de la banda: la de Rodrigo, como hemos dicho, el encargado de la parte más “salvaje” del lote, y la de Isa, mucho más conectada a los sonidos pop casi noventeros, como en “Estrellas místicas”, y últimamente, a los temas más electrónicos, como el single “Estrella solitaria”, “La espectadora” o “La carretera”, con la que crean una atmósfera envolvente, y donde la vocalista se luce en las voces… como en todas sus intervenciones, por cierto.

Por supuesto que, como en todo, habrá quien prefiera la faceta de la banda más dura, y quien esté encantado o encantada con las partes más delicadas o calmadas del repertorio. Pero eso es lo bueno de Triángulo de Amor Bizarro, que todo cabe en sus canciones, e incluso no se cortan a la hora de mezclar diferentes estilos musicales dentro de un mismo tema, como “Fukushima”, con su delicada oscuridad inicial, que a base de sintes y teclados, se va ensuciando, hasta llegar a un garage-punk, marca de la casa, y que les acerca a los todavía activos El Columpio Asesino, al igual que “Himno de la bala”, con una letra para la posteridad.

La banda rozó la épica en momentos sobrecogedores como “Canción de muerte del pez dorado”, abrazaron el surrealismo en “El radar al servicio de los magos”, y el noise pop en “ASMR para ti”; a su manera, también se acercaron al rock and roll clásico, con “Luchador” y “O Isa”, y al hard rock con “Canción de la fama” (otra letra redonda, y que deja muy claro su postura ante la industria y otras lacras musicales), y por supuesto se lucieron en los sonidos más post punk en los tres himnos con los que terminaron el concierto: “Barca quemada”, “Vigilantes del espejo”, con el público totalmente enloquecido, y “De la monarquía a la criptocracia”, que marcaba el final definitivo a un bolo que tuvo absolutamente de todo, y donde pudimos confirmar que estamos ante una de las grandes bandas del rock, punk, electrónica -¡y de todo!- del panorama actual.

Sí, por supuesto que yo también he usado un sinfín de etiquetas o de tópicos –noise pop, post punk, indie, hard rock…- para hacer la crónica del concierto, pero lo mejor es que, seguramente, todavía me habrán faltado unos cuantos para acabar de definir lo que hacen Triángulo de Amor Bizarro, una banda que, en la era de la fabricación en serie de artistas y bandas, todavía se permiten el lujo de hacer lo que les da la gana.

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