Una pequeña representación de la primera edición del Download Fest Madrid pasó por Barcelona. Ni más ni menos que Code Orange y Touché Amoré.
Los primeros, un quinteto de Pittsburgh con pasado Deathwish y presente en Roadrunner Records, pusieron toda la carne en el asador desde el minuto cero (sus temas más melódicos llegarían en la parte final). Su metal hardcorizado y, sobre todo, su puesta en escena no deja indiferente a nadie. Cabezas rapadas, melenas y barbas pelirrojas, botas y pantalones militares. Su imagen impone, pero no tanto como su desafiante puesta en escena y sobre todo esos movimientos en el escenario del bajista Joe Goldman y el guitarra Dominic Landolina que parecen sacados de una ‘haka’ de los All Blacks.
Más de uno tuvo pesadillas esa noche con Code Orange y su manera de defender en directo su último trabajo, “Forever”. Me refiero a los que acudieron a la sala Bóveda para disfrutar a Touché Amoré y se los encontraron. Algunos, los menos, como los miembros de bandas de caña estatales como Barbarian Swords o Implore, acudieron al ‘warm-up show’ del Download por los teloneros, que pisaban la capital catalana por primera vez.
La temperatura de la sala, abarrotada pero sin alcanzar el ‘sold-out’, subía por momentos. Con las camisetas empapadas en sudor –por cierto, contabilicé unas cuantas de Viva Belgrado, ¿lo más parecido a nuestros Touché Amoré?– saltaron Jeremy Bolm y compañía. Comenzaron con “Flowers And You”, el tema que abre su último y aclamado disco, “Stage Four”, y la conexión con el público fue inmediata.
Poco importaba si atacaban temas antiguos (recuperaron un buen puñado de temas de “Is Survived By” y “Parting The Sea Between Brightness And Me”) o recientes como mis favoritas “Rapture”, “New Halloween”, “Displacement” o “Palm Dreams”. Touché Amoré se entregaron como era de esperar a su post-hardcore gritón, y el público catalán respondió como nunca cantando y dándolo todo en cada uno de los temas. Se notaba que había muchas ganas acumuladas de ver a los californianos. La última vez que pasaron por la capital catalana fue en el ya lejano 2014, y peor aún: en un escenario del Primavera Sound a altas horas de la madrugada. Después de una veintena de temas despachados sin apenas pausas, Touché Amore, visiblemente agradecidos, se despidieron con uno de sus temas más antiguos, “Honest Sleep”, rematado con un Bolm arrodillado y desgañitándose solo, a capela. Eso es el quinteto de Los Angeles: pasión, crudeza y autenticidad.
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