La noche del pasado jueves en Gasteiz estuvo marcada por un frío intenso, de esos que invitan a resguardarse en casa. Sin embargo, quienes nos animamos ir hasta la Jimmy Jazz sabíamos que nos esperaba una velada muy distinta. Dos bandas se encargaron de ponerle calor a la velada desde el primer acorde.
Cinco minutos después de las 21:00, el trío Neallta Fola sube al escenario de la Jimmy. Su nombre es una combinación de palabras en gaélico: ‘Neallta’ significa ‘niebla’ y ‘fola’, ‘sangre’. Juntos, forman una expresión que se traduce como ‘Sarraski Deia’, un nombre tan contundente como su música. Precisamente el concierto arranca con "Sarraski Deia", el tema que abre la cara B de su último álbum, "Hemen Eta Orain" (2023). Desde el primer acorde, la gente empieza a acercarse y a llenar la pista. Sin pausa, enlazan con Barneko Itzala y Guda, dos canciones de su primer LP, "Iraultza" (2009). Ambos discos fueron editados por Tough Ain’t Enough, un sello nacido en Gipuzkoa y ahora afincado en Madrid, especializado en punk y Oi!. Además, ha sido clave en la publicación de numerosos trabajos dentro del movimiento Bardulia Sound, en el que se suele enmarcar al trio de Aretxabaleta. No obstante, su sonido tiene una identidad algo diferente, con una sola guitarra que aporta menos potencia, pero una mayor claridad melódica. Con "Jauntxo Txuria", el tema que abre su último trabajo, Ander Moreno Morenito deja una muestra de su potencia y precisión a la batería. Su velocidad y pegada destacan a lo largo de todo el concierto, pero en esta canción brillan especialmente. La disposición del trío en el escenario también contribuye a ello, con la batería situada en el centro y adelantada, en primer plano. Karlos Lopez Karlote luciendo una preciosa Gretsch Falcon blanca arpegia los primeros acordes de "Putakumea" acompañado al bajo y coros por Gorka Uriarte Kanutillo. Así continua el concierto con temas de sus 2 trabajos, separados en el tiempo por casi 15 años pero que en directo han sabido unificar en un sonido potente y coherente. Una versión del "Spirit of Keith Moon" de los Peter and the Test Tube Babies nos presenta una sorpresa, la aparición en el escenario del saxofonista Ibai Akizu, compañero de Karlote en Screamers & Sinners que también les acompaña en "Barneko Itzalak". Un final con los últimos 3 temas, potentes y acelerados, destacando "Erratuz Errotu", muy celebrado y coreado en las primeras filas. La temperatura ya es la correcta para recibir a The Undertones.
A las 22:15, la sala muestra buen ambiente. No está completamente llena, pero el público presente compensa con entusiasmo lo que falta en número. Conversaciones, cervezas y música de fondo que darán paso al bolo principal. El murmullo se transforma en vítores cuando los hermanos O’Neill aparecen en escena, seguidos de sus compañeros de banda. Intercambio de miradas, suena un acorde de LA y comienzan con "Jimmy Jimmy". La fiesta ha comenzado. "Girls Don't Like It" le sigue, sonando más punkarra que nunca. Dos bombazos para abrir la noche, y todo apunta a que esto solo irá a más. Sin teclados y con una atmósfera distinta, "The Love Parade" suena impecable. Es la única pieza que van a tocar de su disco más experimental, "The Sin Of Pride", (1983) donde la banda se alejó de su característico punk-rock y pop-punk para explorar otros sonidos. También es la única representante de su último trabajo de la era "clásica", aquel que marcó el final de una banda ya bastante tocada en esos años. Paul McLoone, conocido en Irlanda por su faceta de productor, actor y locutor, no tenía un gran historial como vocalista cuando asumió el reto de movilizar de nuevo a la banda. Sin embargo, en este tema demuestra que su voz es más que capaz, desplegando un registro elegante y sólido. A esto se suma su energía en el escenario y la química que genera con el público, consolidándose como un frontman excelente. Y lleva ya más de 25 años con ellos. Ya no es un parche, sino una pieza clave en la historia de la banda, con su propio sello y personalidad.
Sin pausa, arranca "Thrill Me", el tema que dio el pistoletazo de salida al regreso de The Undertones en el siglo XXI con "Get What You Need" (2003). Un temazo de un discazo, que suena tan fresco y vibrante que bien podría haber sido uno de los grandes hits que los norirlandeses parieron en los años 70. Una canción redonda, con esa esencia atemporal que solo las mejores bandas saben capturar. La noche sigue con una ráfaga de clásicos de "Hypnotised", (1980) "Nine Times out of Ten", "Boys Will Be Boys" y "Tearproof". Aquí, Billy Doherty comienza a brillar con luz propia en la batería. Su dominio del traditional grip, una técnica habitual en bateristas de tradición jazzistica, le da un estilo particular sin sacrificar ni un ápice de pegada. Suena preciso, contundente y con ese groove que la música de The Undertones exige. Una auténtica gozada. "Male Model" es puro Ramones. La influencia de los neoyorquinos se nota en muchos temas de The Undertones, y este no es la excepción. Compuesta por John O’Neill (rítmica) y Michael Bradley (bajo), dos piezas clave en la banda, refleja el sello inconfundible de su tándem creativo. Llega "You've Got My Number (Why Don't You Use It!)" y la sala vibra. Uno de los grandes himnos de The Undertones, coreado con entusiasmo. Energía, actitud y melodía perfecta en menos de tres minutos. Un hit celebrado como se merece.
Sin descanso, atacan "Dig Yourself Deep", el tema que da nombre a su disco de 2007. Rápido, directo y con la esencia punk intacta, demuestra que The Undertones siguen sonando frescos décadas después. Se echa de menos algún otro tema de este álbum, pero no se puede tener todo. Con "Wrong Way" llegan los primeros pogos de la noche. El público responde al ritmo acelerado del tema, aunque sin excesos… que la media de edad no perdona. La guitarrera "Hard Luck" da paso inmediatamente a esa fantástica canción pop que es "It's Going to Happen". Sin la sección de vientos original, pero sin perder un ápice de su magia. Un temazo en toda regla. "Teenage Kicks" marca un punto álgido en el concierto. Un himno eterno que nunca pierde su fuerza. Los temas siguen cayendo uno tras otro, todos ejecutados con precisión y con un sonido impecable. Por destacar algunos: "True Confessions", ese divertido guiño musical; "Emergency Cases", con un Paul McLoone completamente desatado (¿ya hemos dicho que canta muy, muy bien?); "Wednesday Week", probablemente la canción más pop de su setlist, donde las influencias de Beatles y Beach Boys se hacen notar; la mala ostia de "I Gotta Getta"; la sombra del garage-rock en "I Need Your Love the Way It Used to Be"… y aún hay más.
Con los de Derry no hay tiempos medios, pero hacen una excepción con "You're Welcome", un tema de tintes cuasi-siniestros que añade un matiz diferente al set. Un respiro breve, pero cargado de intensidad. El bolo va enfocando su final, 5 temas más hasta la traca final con un Listening In", ese punto en el que quieres que el concierto no acabe y por supuesto el eterno "Get Over You" para acabar. Los bises no se hacen esperar. Apenas unos instantes y la banda regresa para rematar con cuatro temas más, poniendo el broche a más de hora y media de puro punk-rock. ¿Lo más destacado? "Here Comes the Summer" y "My Perfect Cousin", claro.
The Undertones es una banda con una formación prácticamente intacta, más de 50 años juntos (con los lógicos parones) y el espíritu inquebrantable de un grupo de amigos. Crecieron absorbiendo todo lo que el rock and roll les ofrecía y, al entrar en su juventud, el punk les golpeó de lleno. En lugar de limitarse a seguirlo, lo usaron como vehículo para dar forma a canciones que reflejan todas esas influencias que los marcaron. Los norirlandeses no han perdido ni un ápice de fuerza, intensidad ni buen rollo desde la última vez que los vimos (y lo contamos) en el Azkena Rock 2023. Esperamos ansiosos su regreso.
Una gran noche con dos maneras de hacer punk: los acordes menores de Neallta Fola y los acordes mayores de The Undertones.
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