Entregados a la noble causa del Rock n Roll
ConciertosThe Steepwater Band

Entregados a la noble causa del Rock n Roll

8 / 10
Jon Bilbao — 27-05-2022
Empresa — Dekker
Fecha — 26 mayo, 2022
Sala — Kafe Antzokia, Bilbao
Fotografía — David Mars

Hacía unos cinco años, pandemia mediante, que los de Chicago no se acercaban por estos lares. Un lustro en el que han lanzado dos álbumes que los mantienen vigentes y continuando su evolución, aunque esta esté basada más bien en el pasado. No es difícil intuir que el mayor interés musical de la banda reside, más o menos, en el período 1967-1972, cuando el blues rock o la psicodelia abrazaban la idea de las largas jams y del certero pelotazo de boogie boogie de bar. The Steepwater Band tienen esas dos vertientes y la noche del pasado jueves así lo demostraron, eso sí, tirando más de extensos y estimulantes pasajes instrumentales, un poco a lo The Allman Brothers Band, y es que el guitarrista y cantante Jeff Massey tiene hasta cierto look de Dickie Betts.

La guitarra de Massey daba inicio al show con un “Remember the Taker” directo y penetrante que continuó sin pausas hacia la más reciente y colorista “Turn of the Wheel”, seguida esta de lo que al inicio parecía “Down by the River” de Neil Young y su chalado caballo pero que resultó ser “Shake Your Faith”, la homónima del primer álbum en el que participó el guitarrista Eric Saylors, coreada por un Antzoki bastante lleno. El añadido de la segunda guitarra hace ya una década que se produjo, convirtiéndolos en cuarteto y anchando las posibilidades sónicas de su propuesta, aunque a la guitarra de Saylors le hubiera dado algo más de volumen durante el concierto. El sonido general estuvo correctamente ecualizado la mayor parte del tiempo, y el nuevo fichaje, el bajista Joe Bishop, cumplió con firmeza su función, mientras que el baquetear de Joe Winters fue excelente y nos hizo hasta vibrar con su solo.

“In the Dust Behind” frenó un poco la marcha pero para cuando se lanzaron a “Shift” ya metieron tercera y todo fue rodado. De “Salvation in Time” lo más excitante fue el solo de guitarra, a través del cual Massey expresó con acierto lo que venía a contarnos. La primera versión de la noche fue de sus (y nuestros) adorados Derek & the Dominos, con un “Tell the Truth” que les vino al pelo. Y justo cuando estaba preparado para gritar que tocasen “Dance Me a Number” van y la tocan. Ese riff de aires orientales, esa insistencia melódica que casi hipnotiza… uno de sus clásicos y la canción más hippie del grupo. Llegamos a mitad de concierto y es entonces, tras algunas cervezas y, sobre todo, propulsados por la ineludible “Come on Down” cuando se ve que tienen al público en el bote y totalmente entregado a la noble causa del rock n roll.

“The World Keeps Moving On” fue de lo mejor del bolo, con el slide de Jeff Massey tensionando cada costado de la canción y convirtiéndola en algo apoteósico. Versionaron otra de los Dominos de Clapton (en realidad original de Big Bill Broonzy), “Key to the Highway”, e incluso el “Love in Vain” del maestro Robert Johnson, que siempre trae a la mente la versión de los Rolling Stones y que interpretaron con gusto. Sería reseñable añadir que los Steepwater de los últimos discos recuerdan más que nunca a los Stones de comienzos de los setenta, como en “Make it Right”, que fue a cerrar la noche con energía y alborozo. En seguida se les reclamó una más, así que regresaron con el clasicote y efectivo riff de “Please the Believer”, de su anteúltimo trabajo. Clausuraron la noche definitivamente con una de sus pasiones: Neil Young & Crazy Horse; la canción elegida fue la infinita y maravillosa “Cortez the Killer”, grabada ya por el grupo en 2007 y en la que incluyeron un final cacofónico y experimental a modo de despedida. Que vuelvan pronto, aquí estaremos.

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