Las expectativas depositadas en este doble cartel eran tan altas que al final los allí presentes no pudimos evitar salir un poco decepcionados. El caso es que Sloan y The Soundtrack Of Our Lives no dieron malos conciertos en Barcelona, pero si desiguales en los que las canciones no estuvieron a la altura de sus tremendos discos. Los primeros en aparecer fueron los canadienses Sloan, que mostraron una pericia técnica realmente apabullante que no fue suficiente para ocultar su nula capacidad para insuflar emoción, nervio y excitación a un show que, encima, obvió sus cortes más pop en favor de sus hits más rockeros (sonaron: “Money City Maniacs”, “The Lines You Amend”, “She Says What She Meant”, “People Of The Sky”, “Friendship”). Una lástima.
Tras ellos llegó el plato fuerte de la noche. TSOOL venían a presentar su último disco (un doble CD de descartes y rarezas titulado “Present From The Past”). Y lo suyo fue de altibajos. Incapaces de mantener el listón alto durante todo el bolo, los suecos intercalaron momentos para el recuerdo (temas como “Sister Surround”, “One Track Mind”, “Believe I´ve Found” o “Bigtime”) con otros en los que, ya sea por los repetidos problemas técnicos o por cierta dispersión en sus momentos más libres y dados a la improvisación (terreno donde dieron el do de pecho en su reinterpretación en clave rock del “I Feel Love” de Donna Summer), no acabaron de cuajar. Eso sí, su líder y cantante Ebbot Lundberg es todo un personaje (y encima clavadito a un servidor), un verdadero showman que sustenta sobre sus hombros todo el peso de la banda y que justifica, por su sola presencia, el precio de la entrada. Vaya crack.
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