THE SECRET SOCIETY
ConciertosThe Secret Society

THE SECRET SOCIETY

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Redacción — 21-04-2006
Fotografía — Archivo

The Secret Society es un buen ejemplo de grupo que evoluciona. Del dúo a la banda (aunque el cerebro siga llamándose Pepo Márquez), del copyleft y la distribución subterranea a la escudería Acuarela y del solipsismo folk de Palace al rock de unos Arab Strap, igual de solipsista, pero algo menos hermético. Introducidos por el delirante Borjj (un telonero del cuya existencia nadie sabía, pero que resultó divertido y aprovechable en más aspectos que en el puro chiste), aburrieron a algunos y convencieron a la mayoría, demostrando que no hace falta hacer música bailable, ni siquiera divertida, para que el público vaya a tu concierto con las canciones bien aprendidas. Entre lo mejor del concierto, de hecho, pueden citarse el entusiasmo de algunos espectadores ante los temas de “Sad Boys Dance When No One´ Watching” y lo bien que les sentaba a algunos de ellos el pequeño formato del grupo. Entre lo peor, la inesperada afluencia de público (en los conciertos más concurridos, el Café La Palma se convierte en una lata de sardinas musical) y esa misma cualidad espartana: a Márquez le convendría afinar un poco más su percepción de los límites entre lo austero y lo soso. Puede que los chicos tristes bailen cuando nadie les mira, pero esa noche se quedaron muy quietos.

2 comentarios
  1. Heck of a job there, it ablueotsly helps me out.

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