The Raveonettes, días grises
ConciertosThe Raveonettes

The Raveonettes, días grises

8 / 10
J. Batahola — 05-06-2011
Empresa — Last Tour
Sala — Heineken
Fotografía — Nacho B. Sola

Ni un domingo lluvioso ni el ser el siguiente fin de semana a la diáspora madrileña camino del Primavera Sound, evitaron que la actuación de los Raveonettes tuviera una entrada más que respetable en la sala Heineken.

El sonido melancólico de la banda danesa resulta muy apropiado para días grises, pero saben arrancar el tedio a base de melodías emponzoñadas con toneladas de distorsión. La banda de Sune Rose Wagner (voz y guitarra) y Sharin Foo (bajo y voz) hubiera hecho de Twin Peaks un lugar mucho (más) inquietante. Acompañados de dos guitarras, saltaron al escenario con una de las canciones de su nuevo trabajo, “Raven in the Grave”, un disco más oscuro y menos saltarín, pero con muchos más matices en sus canciones. No fue un concierto de detalles, aunque también los hay sobre el escenario, como cuando arpegiaban sobre loops de guitarra creando un efecto muy interesante.

“Recharge & Revolt”, el primer tema, fue una muestra de lo que vendría en poco menos de hora y media de concierto. Ruido, melodías dulces, y más ruido. El feedback lo inundaba todo, dando un extra de energía a los temas nuevos –en los que el público estuvo algo más frío- y cargando de electricidad el ambiente. Los problemas con la voz en los dos primeros temas se resolvieron con celeridad, y hasta los ocasionales acoples en el micrófono de Sharin parecían parte del espectáculo. Cuatro columnas de leds rodeaban a la banda y los temas más tranquilos como “War in Heaven” o “Let me Out” sonaban poderosos gracias a las dos épicas baterías. A estas alturas, es fácil desconfiar de una ecualización tan artificiosa en este instrumento, pero Raveonettes consiguen, no sólo que suene creíble, sino que las eches de menos cuando faltan, incluso en los temas en los que los tambores suenan casi industriales.

Alternándose en las voces, en canciones como “Lust”, “Apparitions” o “Ignite” se veía al grupo disfrutar sobre el escenario. Algo que en principio debe ser normal, pero que no siempre ha pasado en las visitas de los daneses a nuestro país. “My Tornado”, “Attack of the Ghost Raiders” y “Heart of Stone” fueron el preámbulo a un bis de dos canciones en el que Sharin cambió el bajo por la guitarra y terminó de rodillas delante del amplificador envuelta en acoples. Sólo por esa escena, mereció la pena mojarse al salir de la sala. Y además, fue un gran concierto.

Un comentario
  1. fue genial el concierto 😀 aunque yo estaba en primera fila y el ruido confundia un poco pero genial 😀 ademas como llegue a hacer cola a las 5 me cruce son sune que iba hacia la sala :DD

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