Aunque desde hace días el run-rún era que The Rapture descargarían en directo por vez primera en su historia en Madrid, lo de ayer en la sala Heineken no se puede entender dejando de lado el concepto “fiesta con patrocinio” de una gran marca. Tommy Hilfiger tuvo protagonismo por encima de los grupos participantes y definió el devenir de la noche con sus horarios -un tanto excesivos, The Rapture, saltaron al escenario casi a las 2 de la madrugada-, la distribución de espacios -música en directo en el espacio principal y pinchada en la planta de arriba con John Talabot en su faceta dj como reclamo- y, por qué no decirlo, la densidad de gente guapa por metro cuadrado -mucha. Casi todos con la excepción siempre de los periodistas, de hecho-. Al nuevo fichaje de Mushroom Pillow, Cut Your Hair, y a los yeyés Los Wallas les tocó respectivamente abrir y cerrar la noche, estos últimos con invasión de escenario incluida. Pero los primeros momentos de verdadera expectación llegaron con Jessica 6, vehículo expresivo del recauchutado cantante trans Nomi Ruiz (Hercules & The Love Affair). Con un pie en Italians Do It Better y otro en la tradición petardo-house neoyorquina, el cuarteto paseó un repertorio bailongo, que no especialmente brillante, mientras hacíamos apuestas sobre si subido a unos tacones de vértigo tanto meneo no terminaría por dar con los huesos de Ruiz en el suelo. No lo hizo, así que aunque sólo sea por ello supongo que cabe considerar su concierto un éxito.
Otra cosa, mucho más seria, ofrecieron The Rapture. Recuperan el formato cuarteto para el directo, cuentan con una base rítmica que es un cañón y los trucos de siempre -sacar a pasear el cencerro y dirigirse con él al respetable como el pastor lo hace a las ovejas- todavía funcionan con un público que pide a voz en grito que les hagan bailar. Lo hicieron durante toda la hora escasa de show, pero sobre todo cuando en la recta final se arrancaron con el hit más obvio de "In The Grace Of Your Love", un “How Deep Is Your Love?” que, curioso, arrancó más gritos de entusiasmo y dislocó más caderas que rompepistas con el recorrido de “House Of Jealous Lovers”, “Get Myself Into It”, la tecnificada "Olio" o “Echoes” (sí, la de “Misfits”), la mayor parte de ellas dispuestas al principio de un set de disposición extraña que sin embargo no empañó la fiesta. Cuestión de oficio.
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