Se esperaba que el cincuenta aniversario de uno de los mejores discos de Big Star fuera un homenaje nostálgico, una simple revisión de su legado ante una audiencia fiel. Sin embargo, la realidad fue muy diferente: el setlist de esta gira monumental –y de sólo tres fechas– por nuestro país, cargada de himnos imperecederos, fue mucho más que un viaje al pasado. Fue una exhibición de alta fidelidad, tanto técnica como emocional, que demostró que la música de la actual megabanda (amparada bajo el nombre de The Music Of Big Star) formada por Jody Stephens, a la batería, junto a Mike Mills (R.E.M.), Jon Auer (The Posies), Pat Sansone (Wilco) y Chris Stamey (The dB’s), sigue siendo tan relevante como en los años setenta.
La noche arrancó con una descarga de energía cuando sonó "Feel", envolviendo al público en un crescendo eléctrico impecable. La banda rindió tributo a su legado con un set que abarcó todo el catálogo esencial del grupo, bromeando incluso en un castellano "perfecto". El concierto fue una celebración de la perfección melódica y la sensibilidad lírica que definieron a Big Star, pero también una reafirmación de su estatus como clásicos modernos. Canciones como "The Ballad Of El Goodo" y "Don't Lie to Me" mantuvieron al público en vilo, fusionando raíces roqueras con un filo melódico casi sublime. Temas como "O, My Soul", "Life Is White" y “Back Of A Car” conservaron la energía original de los discos, pero con un matiz contemporáneo, haciendo de cada interpretación, algo único.
El repertorio fue seleccionado con precisión, y el Auditorio Mar de Vigo fue testigo de un momento especial: un homenaje a los fans que han mantenido viva la llama de Big Star durante décadas celebrando los cincuenta años de “Radio City” (74), que se dice pronto. "September Gurls" sonó como una declaración de principios, mientras que la melancólica "I’m In Love With A Girl" generó un silencio reverencial, como si cada acorde y cada palabra envolvieran recuerdos de una juventud ya lejana. La segunda mitad del concierto ofreció gemas aún más profundas del repertorio de Big Star, con una interpretación especialmente conmovedora de "Watch The Sunrise" y una versión de "Blue Moon" que resonó con una belleza frágil, homenajeando al cofundador de la banda, Chris Bell.
El grupo sonó intenso y calculado, trenzando estrofas pop en “Jesus Christ" con precisión matemática, pero también permitiéndose momentos de expansión emocional en canciones como "ST 100/6" o "I Am The Cosmos", con otra mención y ovación a Chris Bell. Cada tema fue un ejercicio de nostalgia y contemporaneidad, un equilibrio perfecto entre la fidelidad a los arreglos originales y la energía de una interpretación en vivo que destilaba pasión y amistad sobre el escenario. Y con emotivas versiones de “Thirteen”, “In The Street” y “Thank You, Friends” como cierre, la banda concluyó la noche con una sensación de comunión entre ellos, el público y la música misma.
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