Frente a otras formas angostas del rock que este siglo va apartando hacia la extremaunción, el pospunk ha encontrado en la última década un nuevo soplo y diversos caminos para transitar y evolucionar. Quizá sea también un claro banderín de enganche para las nuevas generaciones, en un momento en que no abundan. Su poder catártico entronca con la rabia que suele acompañar esos años de descontento juvenil.
Esa es en parte la vía por la que se conduce la música del quinteto irlandés The Murder Capital. A medio camino de la furia de Idles y la eminencia de Squid, ya se aproximan a ese pelotón de cabeza de bandas guitarreras de las últimas hornadas. Este domingo cualquiera de 25 horas y tres conciertos internacionales de peso en Bilbao (históricos Luna y Sisters of Mercy en Kafe Antzokia y Santana, con 400 asistentes en cada caso) y partido en San Mamés, se presentaban en Bilborock ante 160 personas, y gracias al patrocinio de Estrella Galicia.
Comenzar su set con "The stars will leave their stage" es saber crear un clima de tensión contenida, que a su vez dispone el estado de ánimo de su segundo álbum "Gigi's recovery" (2023), para poco después descargar el ímpetu de "For everything" y "More is less", los dos temas iniciales de su primer álbum"When I have fears" (2019) que desatan el pogo en las filas delanteras de su respetable más joven, que a su vez parece conocerse todas sus letras al dedillo. Con "Ethel", quizá su canción más lograda hasta ahora y que esperábamos como cierre por lo visto en otras ciudades, vuelve su lado más introspectivo y tirante de ese segundo álbum que quiere marcar diferencias con el debut. Así aparece la bella y afligida "The lie becomes the self", justo después de "Crying", rotunda demostración de ambición creativa con teclas ondulares y su amenzante frontman James McGovern oficiando de hijo de Ian Curtis. Esta noche completamente vestido de negro y con botas de piel de serpiente, en contraste con el traje y camisa blanca de este julio en el BBK Live, cuando les retrasaron su concierto a la madrugada para no coincidir con Pavement.
No han pasado ni cuatro meses de esa visita veraniega, el setlist es bastante parecido, pero el concierto diverge lo suficiente para no repetirse. Aquí se permiten mayores desarrollos, sobre todo en los varios medios tiempos de "Gigi's recovery", cuyo tema titular marca otro momento de confección instrumental, atravesado ya el ecuador, pero también se dejan algo de la excitación derrochada en el festival (sólo recordar que allí McGovern terminó en volandas).
A partir de "Green & blue" (más Ian McCulloch que Ian Curtis), los dublineses se centran de nuevo en las tinieblas de ese debut centrado en buena medida en el suicidio de un amigo, con la tenebrosa "On wisted ground" o la corrosiva "Feeling fades". También suena su nuevo single, "Heart in the hole", su canción más melódica, más pop, aunque no exenta de vehemencia en su conclusión. Con "Return my head" cierran 68 minutos que navegaron en esa visión bipolar de exaltación y abstracción que por ahora desdobla y enaltece a la banda irlandesa
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.