Una noche para la historia, sin duda. Décimo aniversario de la irreductible sala barcelonesa Magic y uno de los grupos más en forma del momento como regalo para los asiduos al local. Unos minutos después del contagioso set de los Meows, Sammy James Jr. toma el escenario y empieza a gritar “Mooney Suzuki are number one!”. Tras asistir a su reveladora sesión de kickin´ ass rock, no tenga ninguna duda al respecto. Si “People Get Ready!” fue una de las grandes sorpresas de la pasada temporada, su reciente “Electric Sweat” aguarda el combate cuerpo a cuerpo con el “Make Yer Own Fun” de los Monarchs para alzarse con el cinturón de los pesos pesados de esta temporada. Lo que, de momento, ya han logrado los Mooney es colocarse en la pole position para la carrera hacia el concierto del año. ¿Cómo? Con un directo arrollador y con la directa puesta, contagioso desde el primer acorde y desarmante a medida que iba avanzando. Oía “In A Young Man´s Mind” y “Singin´ A Song About Today” y no sabía si subir a abrazar a esos tipos o echarme a llorar de alegría. Un auténtico subidón, pista libre hacia el éxtasis con el cóctel que les ha convertido en una auténtica banda de culto en Estados Unidos: entrega, rabia, presencia escénica y una maravillosa habilidad para transmitir su entusiasmo a la audiencia. Cuando Graham Tyler se colgaba en las luces para imitar a Iggy en el setenta, yo sabía que debía ejercer de pedestal humano mientras él rasgaba su guitarra poseído por el espíritu de Pete Townshend. "Oh Sweet Susanna", "I Say I Love", "I Woke Up This Mornin´", "My Dear Persephone" o "Half Of My Heart"… cincuenta minutos que nos dejaron a todos con ganas de más. Lo dicho: histórico.
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