Un EP que les valió fichar por Subterfuge, una extensa gira por festivales y salas de todo el estado, el lanzamiento de su disco debut el pasado septiembre del prolífico 2019 y su consecuente gira de presentación, nos trae al trío pucelano a debutar en la donostiarra sala de La Cripta.
Arropados por la bonita estética eclesiástica del lugar (para los/as que no hayan podido estar, la sala es una antigua capilla reformada en la que permanecen incluso los confesionarios a modo de testigo penitente) y su cuidada iluminación, comienza el grupo Arima con unos latidos de corazón que utilizarán como hilo conductor para enlazar los temas durante todo su show. Salvo por un par de temas nuevos intercalados entre ellos, van esbozando tema tras tema su EP debut (también publicado el año pasado y grabado por el sempiterno Txap a.k.a. Karlos Osinaga a los mandos). Unos cuarenta y cinco minutos de show en los que pudimos ver a una banda joven que coqueteaba con el shoegaze y el post rock de influencias ruidistas en las que por momentos recordaban a unos primigenios Sonic Youth. Faltó un poco de ritmo e intensidad que bien podría ser motivo de un sonido un tanto descompensado.
Llegó la hora del debut de los vallisoletanos The Levitants en la capital guipuzcoana. Comenzaron con un buen guiño y un gran tema: "Hay alguien ahí". Canción con la que no sólo llaman a los rezagados de las barras del bar si no en la que enlazan con elegancia una letra en inglés y un estribillo en castellano. Sin desmerecer el trabajo del anterior técnico, que también hizo lo que estuvo en su mano, tres minutos de canción y ya se nota una mejora de sonido más que considerable con respecto a la primera actuación. Algo que no hace más que reafirmar lo importante que puede ser hoy en día que cada banda lleve su propio técnico de sonido para que funcione como uno más del grupo (aún más si cabe, en situaciones como esta en las que el ambiente no tiene de por sí una acústica muy buena, que el técnico conozca tus temas puede salvar gran parte del show y así fue. Su acierto, como veremos, fue precisamente que los temas pudiesen brillar por si mismos). Continuaron con "Coimbra", tema que incluyeron tanto en su EP como en su larga duración. Suenan al dente, nada fuera de sitio. Incluso el sonido de directo les daba un toque de crudeza que les sentaba a la perfección. “Nino Bravo” fue el tercer tema que les sirvió para seguir metiendo en ambiente al personal. Vuelven al disco que presentan ("Enola") con el medio tiempo “Telescape” (uno de mis temas favoritos) que a base de repeticiones hipnóticas y guitarras afiladas les sirvió de lanzadera para llegar a uno de los puntos álgidos del concierto con “Red Lines”. Uno de los cuatro singles de su disco con el que pusieron a toda la sala a bailar a base de dark rock enérgico. Comenzaron un poco cruzados en “Adult Life”. Nada que desmereciera, sin embargo, este tema coronado a base de sintes noventeros y una bonita voz. Pasamos al tema que da nombre al disco “Enola (M de llorar)”: tema pausado, de atmósferas aterciopeladas y que bien podría colarse en algún capítulo de la grandísima serie Twin Peaks. Llegamos aquí a otro bonito punto del concierto en el que Sergio (voz y guitarra) se baja del escenario a interpretar totalmente desenchufado “Ancient Times”. Un giro que quizás no se vea mucho en estos géneros musicales y que le sirvió para terminar de encandilar a los/as asistentes. De nuevo con toda la formación sobre el escenario, “From the Other Side (Driving)” tema de reminiscencias a Death From Above 1979 cierra esta sección del concierto más tranquila para dar paso a la traca final conformada por “Suicide” con sus bonitas melodías Bauhauseras, “Kolmanskop”, directa al corazón y “Light and Strokes” con la que con sus melodías brillantes y su riffs contundentes (e incluso con algún toque a Kyuss) dan punto y final a un muy buen concierto.
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