Compromiso y rock con una banda muy necesaria
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Compromiso y rock con una banda muy necesaria

9 / 10
Sergio Iglesias — 14-03-2025
Fecha — 12 marzo, 2025
Sala — Groove / Portugalete, Portugalete
Fotografía — Dena Flows

¿Quién dijo que los miércoles no son para rockear? Menuda chorrada. Más aún si este miércoles The Last Internationale pasan por tu ciudad o por tu pueblo… una oportunidad que no se puede desaprovechar. La banda neoyorkina es de esas que siempre aseguran un espectáculo mayúsculo, y en la Groove cumplieron con creces con lo esperado. Sobre todo, porque las circunstancias lo favorecían: buena entrada, tamaño de sala idóneo, sonido perfecto, y actitud insuperable, tanto por parte del público, como de la banda.

Pero antes de empezar con lo que dio de sí este conciertazo, hay que recordar que tuvieron el privilegio de abrir para TLI la banda local Superalfa!, que aprovecharon con creces los 40 minutos que se les brindaron antes del gran evento de la noche. Sensei y los suyos ejecutaron un setlist de diez temas de powerpop, con subidas y bajadas de velocidad, aunque en general se mantuvo bastante arriba todo el tiempo, y entre los que también hubo hueco para su último sencillo, publicado hace unos días, “Bendito error”, y también para una versión, en concreto “Mi vida rosa”, de los nunca suficientemente reivindicados Los Romeos. El resto fueron temas de los tres trabajos publicados por la banda portugaluja hasta el momento: “Hoy empieza todo”, “Round 2” y “La ciudad de hierro”.

Y tras este aperitivo con producto local, todo estaba preparado para el concierto del día, de la semana, del mes… y seguramente, de lo mejor que vamos a ver en mucho tiempo. Un auténtico terremoto que comenzó con una brillante revisión del mítico “Kick out the Jams” de los MC5… declaración de intenciones que, desde el principio dejaba bien a las claras lo que íbamos a disfrutar a lo largo de la hora y media que duró el show.

Banda comprometida como pocas en la escena internacional, la vocalista Delila Paz no paró en todo el concierto de mandar mensajes reivindicativos a favor de la lucha obrero, del poder del pueblo o por la libertad de Gaza y Palestina, cuya lucha también reivindicó el guitarrista Edgey Pires. Y es que, tal y como está el tema, creo que cada vez son más necesarias este tipo de bandas y artistas, que aprovechando el altavoz del que disponen, añadan un poso de conciencia en sus canciones, y en este caso también en la forma de trabajar, de una manera autogestionada y huyendo de la mal llamada “industria”, que tanto mal está haciendo a la música.

Buena muestra de este compromiso es “Life, Liberty, and the Pursuit of Indian Blood”, en la que Paz continuó interactuando con un público entregado desde el minuto uno, mientras TLI nos seguían llevando por su particular montaña rusa en la que cabe absolutamente de todo, desde el funky de “Mind ain´t free”, hasta la distorsión escuela Rage Against The Machine, pasando por los ritmos acelerados de “Hero”, o el acercamiento al hard rock en “5th world”, que marcó uno de los picos del concierto, especialmente en su parte final, con un Pires luciéndose a las seis cuerdas, mientras su compañera bajaba a cantar entre los y las fans. Pero la banda neoyorkina demostró que también se sabe mover por pasajes más acústicos, como ese “Freedom Town”, cercano al folk americano de Woodie Guthrie, otra de sus grandes referencias, tanto en lo musical, como en lo intelectual.

Y a pesar de que el núcleo oficial de la banda está formado por Paz y Pires, no hay que desmerecer, ni mucho menos, el papel de la bajista y del batería que, en esta ocasión están girando con la pareja fundacional, porque estuvieron a un nivel increíble durante todo el concierto. Y siguiendo con lo que seguía pasando ante nuestros ojos, en “Soul on Fire”, Paz se subió al teclado y se lució a la voz, al igual que hizo a lo largo de los 90 minutos, demostrando que, aparte de ser un animal escénico excepcional, tiene una voz con tantísimos matices, que puede hacer lo que le dé la gana con ella.

TLI también se acercaron a los sonidos más contemporáneos con el bailongo hit “Wanted man”, donde la bajista pasó a los sintetizadores, dejando las cuatro cuerdas a Paz, demostrando la versatilidad de una banda inmensa, en la que a pesar de los cambios de ritmo y de sonidos, lo que de verdad manda es, simple y llanamente, el rock, y quien marca el tempo es Pires con esos juegos de guitarras tan particulares.

En la parte final, se acercaron de Nuevo al hard rock de “Killing Fields”, antes de cerrar con una dupla formada por “Hard times” y su riff machacón, que unieron con el punk acelerado y macarra de “1968”, con el que se despidieron por primera vez. Para el bis dejaron sendos himnos, como la reivindicativa “Battleground”, donde dejan clara la influencia de Patti Smith, artista neoyorquina, seguramente no menos influyente para Paz, que otra ilustre de la gran manzana de los años dorados del CBGB, como es Debbie Harry, lideresa absoluta de unos Blondie que, en mi opinión, también han tenido mucho que ver en el sonido de “Hit 'em With Your Blues”, con la que, esta vez sí, concluía este espectáculo mayúsculo, provocando el delirio y el pogo entre los y las asistentes.

Un final de fiesta a la altura de un show en el que se volvió a demostrar que, como decíamos al principio, el rock no tiene por qué ser sólo para el viernes y el sábado. Es más, confieso que yo hoy me he levantado mucho mejor, porque así es mucho más fácil afrontar la semana, la verdad. Y citando una de las obras cumbre del humor absurdo en el cine, “Amanece que no es poco”, “Todos somos contingentes, pero The Last Internationale sois necesarios”.

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