The Last 3 Lines y Limnopolar, pareja de ases

Al igual que sucediese justo una semana antes en La 2 de Apolo de Barcelona, los catalanes The Last 3 Lines y los zaragozanos Limnopolar compartían espacio en una ecuación donde los elementos encajan tras complementarse sus respectivas propuestas a la perfección. La velada debe entenderse a todas luces como un doble cartel, con ambas bandas midiendo lo similar de sus fuerzas en un combate finalizado sin vencidos, si bien en esta ocasión fueron los barceloneses los encargados de abrir el concierto cediendo el espacio central a la formación aragonesa. El sexteto defendió en directo con soberbia intensidad y precisión la ambiciosa colección de canciones incluida en su segundo y recomendable elepé “Visions From Oniria” (Aloud Music, 11). Altísimas dosis de épica guerrera expandidas desde el primer instante con la introducción de “Introlude” inmediatamente continuada con la presencia de la propia “Visions From Oniria” y “Fish Tank”, en un inicio lo suficientemente sólido como para conquistar al centenar de aficionados presentes. Luego vendrían temas como “Andromeda”, “Trail Of Breadcrumbs”, “Crows” o los casi diez minutos de la definitiva “Revelation” para concretar una actuación incontestable a todos los niveles, con un solemne despliegue sónico que probó las tablas acumuladas en directo por el grupo, además de justificar las efusivas críticas cosechadas a lo largo de toda su trayectoria.
Por su parte los locales Limnopolar, otrora grupo demoscópico de esta casa en su edición aragonesa, demostraron una vez más sus descomunales aptitudes a la ahora de dar detallista forma a pasajes apocalípticos que intimidan y seducen por igual. Complejos e inquietantes, no por conocida su capacidad deja de sorprender, con el consecuente asombro creciente a cada nueva aparición del combo. Agresivos y densos pasajes instrumentales que envuelven la interpretación del vocalista Alejandro Ortega derivando en una efectiva sacudida de post-rock. El futuro del quinteto se antoja brillante con un potencial desmesurado y contando además con la indiscutible ventaja de trabajar en castellano, lo que ya propicia que jóvenes aficionados entonen a voz en grito sus composiciones. Conviene no perderlos de vista ni un instante para evitar perderse su próximo gran paso.