Ni el repentino cambio de sala -parece que, al final, la cancioncita colocada en un anuncio de móviles no dio para llenar Razzmatazz-, ni el tiempo transcurrido desde la edición de su último disco empañaron uno de los conciertos más interesantes de la temporada. La banda de Portland visitaba por vez primera Barcelona y llegó con ánimo de cumplir, acreditando un excelente repertorio, un sonido más que decente y una actitud a lo estrella yankee de rock que les sirvió para calentar a la audiencia. Mr. Taylor-Taylor desplegó todos sus encantos y se nos descubrió como un auténtico frontman, sobrado en capacidades vocales y escénicos. Sus acompañantes cumplieron perfectamente, demostrando tener el show engrasado a la perfección: Zia contoneándose y regalando sonrisas hipnotizantes a sus admiradores, Holmstron protagonizando momentos incendiarios a la guitarra y Brent DeBoer mostrándose más que solvente a las baquetas y clavando unos coros que fueron de lo mejorcito del concierto. Los hits llegaron uno tras otro, combinando elementos americanos y británicos: momentos shoegazers a lo Ride ("Be-In", "Godless"), momentos rockeros que evocaron a los Pixies y a los Love & Rockets ("Minnesoter","Horse Pills"), pero, sobre todo, momentos de fresco indie-pop que fueron los más festejados por la concurrencia. La guinda a casi dos horas de buen directo la puso "Fast-Driving Rave-Up", quince minutos de locura psicodélica. Ah, por cierto, también tocaron "Bohemian Like You".
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