THE DAMNED

Contando, contando, hace ya más de veinticinco años que “Neat Neat Neat” abría uno de los mejores álbumes de punk de todos los tiempos. Desde entonces, muchas cosas han cambiado, particularmente en una banda que ha pasado por más manos de las que hubieran sido deseables, absorbiendo por el camino de todo y no siempre bueno. Pero como la memoria no da para mucho y “Grave Disorder” -último disco de los británicos, publicado por Nitro, sello dirigido por Dexter Holland, vocalista de The Offspring- no está nada mal, su nueva gira por España parecía un buen momento (si no el mejor) para ver a The Damned quién sabe si por última vez. Y visto lo visto, necesario es concluir que, salvo contratiempos inesperados, difícilmente será ésta la última gira del grupo: Captain Sensible y Dave Vanian (únicos supervivientes de la formación original) están en una forma envidiable. De hecho, parecen veinte años más jóvenes que el resto del grupo y, con Rat Scabies olvidado desde hace tiempo (además de vilipendiado en público por el Capitán), cargan la pesada losa de un legado que incluso a ellos les cuesta asimilar. Y queda esto patente porque, aunque su presencia escénica –sobre todo la de Vanian- es impecable, no lo es así la selección de canciones. Demasiados bodrios siniestrillos -algunos buenos, la mayoría vacuos- soportan el grueso de un repertorio que utiliza los momentos más punks como mero despertador de una audiencia variopinta. Y no es eso, en buena lógica el punk debería sostener un directo que dado el estado de forma del grupo podría ser infinitamente mejor de lo que es. Imaginen a Vanian todo el concierto como en “New Rose” en lugar de haciéndose a un lado para dejar paso a inútiles solos de órgano o guitarra. Eso es lo que tendría que haber sido y no fue, unos The Damned brillantes e inamovibles. Como el tupé de Dave.