Otra noche de fiesta en la Sala Mytho. Y ya van unas cuantas que nos ha organizado Txarly Romero, en los últimos tiempos, en un lugar que ya ha convertido en un referente del rock en directo en Bizkaia. Como antes lo hiciera con Izangoan, La Nube, Satélite T o Nave 9. Casi nada todo lo que tenemos que agradecerle. Exhaustos, pero con el buen sabor de boca que nos dejó la noche anterior con el triple cartel de Orbitan 3, volvíamos a Bolueta para disfrutar de nuevo de otra terna, esta vez con tres bandas llegadas de Bilbao, Donosti y Jönköping, en Suecia. Aunque con procedencias tan dispares, todas tienen en común su pasión por el rock and roll y el buen rollo.
The Daltonics, Lie Detectors y Grand Royale. Sólo nombrarlas ya es sinónimo de diversión y mucha energía en directo. Y como esperábamos, no defraudaron. Abrieron fuego The Daltonics (Sí, con el artículo “The”). Los bilbaínos jugaban en casa y eso se notaba, incluso desde antes de empezar el concierto, ya que en los aledaños de la sala, se veían camisetas de una banda que, por muchas cosas, se ha convertido en un valor seguro para cualquier promotor que quiera programar algo en el botxo o alrededores, ya que siempre aseguran buen espectáculo y una más que notable legión de seguidores y seguidoras.
Además, hay que destacar que, aunque en vivo no ofrezcan grandes sorpresas, cada vez hacen mejor su show, y cuentan con un repertorio brutal, en el que se incluyen temas que ya casi se han convertido en himnos, y que la gente corea en cada bolo, creando una comunión perfecta entre banda y público, que hace que cada uno de sus conciertos suponga un acontecimiento: “Vienen tus Cuñaos”, “Lo que más me gusta es”, “Walking dead”, “Junta de vecinos”, “Mójate la tripa”… es que es escuchar los títulos y ponerse a canturrear inmediatamente. Y si a eso sumamos su buen gusto para elegir versiones y adaptarlas a su particular idiosincrasia en temas como “Es lo que hay”, “AP 8” o “Estricnina”, o su gusto por la experimentación en canciones más recientes como la imprescindible “Zombie facha”, nada puede fallar. En fin, son sólo cinco amigos a los que su amor por el pub rock y sonidos similares unió en una banda… ¡pero lo que han evolucionado desde entonces, lo bien que lo hacen y lo bien que lo pasamos siempre con ellos! Por cierto, detallazo de los gordos acordarse del gran “Maisu”, al que tanto se le echa de menos en los últimos meses… Ánimo, que ya queda menos para vernos por las salas!
Así que, tras este delicioso aperitivo, sigamos con la diversión, esta vez desde tierras gipuzkoanas con los donostiarras Lie Detectors. Otros que tampoco fallan nunca. Después de una temporada que se nos ha hecho larguísima, por fin regresaban a Bilbao, donde siempre se les espera con los brazos abiertos. Además, como aliciente importante, los Detectors llegaban con trabajo nuevo bajo el brazo, un doble EP, compuesto por cuatro canciones que desgranaron a lo largo del concierto, comenzando con ese “Masaje uzbeko”, aproximación a la psicodelia, que sirvió como primera toma de contacto con un público al que ya tenían ganado de antemano. Tampoco faltaron el resto de temas de estreno, como la garagera y reivindicativa “666”, en la que se acordaron de un amigo de todos como es el gran Nestor Mandela, al que le quedan semanas para empezar la mejor de las vidas… Zorionak, compañero! , aunque antes también habían presentado el pop de “Todo se rompe” y en el tramo final sonó el rock and roll más clásico de “Golpe de suerte”, una bonita historia autobiográfica.
Pero como no sólo de temas nuevos vive el fan, no faltaron clásicos como “Sin ti no puedo estar”, “Chelsea boots” o “Pinchalo”, y otros que provocan el éxtasis colectivo del personal en cada show, como “Pínchalo”, “Megatón Ye Ye” o “Me gusta la calle”, con la que daban por concluido un nuevo akelarre “pop-pub-rock-garagero”, de esos que tanto nos gustan. Sólo esperamos que no tengamos que esperar tanto para la próxima visita. Grandes.
Y aunque los donostiarras, sin duda, eran las grandes estrellas de la velada, o al menos los más esperados, la sorpresa fue mayúscula cuando cuatro vikingos escandinavos se subieron al escenario dispuestos a repartir estopa sin piedad. Eran los “tapados” de la noche, o al menos los más desconocidos para este que suscribe, que después de lo del sábado ya se ha convertido en un fan. Pero enseguida demostraron que, como barruntábamos por lo que nos habían contado los que los habían visto en directo, y por lo poco que habíamos podido escuchar, son una auténtica apisonadora en directo.
Brutales, y moviéndose en esa fina y hermosa línea entre el punk y el hard rock, desplegaron toda su energía en un bolo tan corto como intenso, sobrado de actitud, y en el que a lo largo de los 55 minutos que estuvieron sobre las tablas, no dieron ni un solo segundo de descanso, de forma que los y las de abajo ya no sabíamos de dónde venían las hostias, y sin darnos cuenta ya estábamos coreando todos los estribillos que los muchachos de Grande Royale nos proponían, demostrando también lo importante que es saber interactuar con el público y llevártelo a tu terreno. Da gusto que, después de los años, todavía sigan saliendo bandas capaces de sorprender. Tack så mycket, bröder!, o lo que es lo mismo, “muchas gracias, hermanos!” en sueco… y por si alguien lo duda, por supuesto que lo he buscado en Google, así que no sé si lo habré dicho bien, o habré puesto cualquier barbaridad; en ese caso… Ledsen.
En fin, fiestón mayúsculo en el que, una vez más, quedó claro que en esta vida no hay nada mejor que la música en vivo, y si es con bandas como estas tres, que siempre lo dan todo en directo, mucho mejor. Txarly, no pares y sigue dándonos fines de semana tan redondos como este.
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