Después de año y medio sin subir a un escenario, The Baboon Show volvía a la carretera. Y qué mejor lugar para celebrarlo que Vitoria-Gasteiz, ciudad que siempre acoge con alegría y entrega su potente descarga musical. Nada menos que tres conciertos, con tres llenos como tres soles, en la capital vasca para volver a hacer lo que mejor se le da a est@s cuatro currelas del rock, tocar en directo su magnífico repertorio. Acudimos a la primera de esas tres actuaciones, con el ánimo de cogerles frescos y con más ganas que nunca.
Sonaban Judas Priest y AC/DC por megafonía, aquello estaba a punto de empezar. El comienzo fue arrollador. "No Afterglow", "The Shame" y "Queen of the Dagger" se encargaron de abrir el grifo de la adrenalina. Cecilia se dejaba la garganta en cada sílaba, Hakan se fusionaba con su guitarra, y Frida y Niclas marcaban el ritmo sin descanso.
La excusa para salir de gira era la reciente salida al mercado de un EP con temas nuevos y, claro, había que lucirlos. Sonaron, de manera consecutiva, dos de ellos, y, en ese pequeño tramo, la intensidad bajó un pelín. "Which Way will You Go" y "Some Piece of Peace", sin ser malas canciones, palidecen un tanto ante muchas de sus hermanas mayores. Sobre todo, ante la batería de hits que The Baboon Show suelen elegir para desmelenarse en sus viajes por medio mundo. "Me, Mýself and I" y "Tonight" volvieron a echar gasolina al fuego, antes de que Cecilia presentase a los miembros de la banda. Tras esa pequeña pausa, Hakan se desgañitó con "Dig On", temazo que solía aprovechar Cecilia para lanzarse sobre el público y surfear sobre él, situación que con las actuales circunstancias resulta inviable.
A estas alturas del show, el respetable se las veía y se las deseaba para permanecer pegado a la silla, y con la interpretación de "Holiday" se observaron varios amagos de intento de rebelión. Los momentos de reivindicación proletaria y revolucionaria llegaron de la mano de "Same Old Story", versión de una canción comunista sueca de los años setenta, y de "You Get what You Get", curiosa adaptación de "Y en eso Llegó Fidel", legendaria tonada de Carlos Puebla, el cantor oficial de la revolución cubana.
La primera hora de ritmo desenfrenado concluyó con "Again", otra vez con el guitarrista Hakan a la voz, en esta ocasión con la compañía de cientos de voces que dieron forma a un espontáneo coro popular. Cecilia se cambió de ropa por segunda y última vez, y dio paso a un bis de media hora dividido en dos partes, "Playing with Fire" desató las hostilidades, espídica e imparable. mientras Hakan chapurreaba con grandes dosis de mala leche su macarrónico castellano y Cecilia, haciendo honor a su apelativo de Señorita Peligro, berreaba con furia !!!Fuegooooo!!! Impagable.
Poco despúés llegó la que se ha convertido en indiscutible himno del grupo sueco. "Radio Rebelde" se erigió en la mayor triunfadora de la tarde-noche. Por unos instantes, todos y todas las presentes, puño en alto, nos convertimos en los Barbudos capitaneados por Fidel Castro y el Che Guevara, quienes fundaron en su día la emisora del mismo nombre. Todavía con la emoción a flor de piel, la segunda parte del bis comenzó con "Hurray", indisimulado guiño y tributo a "All Along the Watchtower", que con sus ritmos boogierockeros deudores de AC/DC, y su letra crítica con el sistema capitalista imperante en buena parte del Mundo, volvió a soliviantar al personal.
Para concluir, El Show del Babuino se puso jarcoreta en la trepidante, de un minuto de duración, "We Fight in the Night in the Bushes" y se marchó definitivamente con "You Got a Problem Without Knowing It", ya con la gente extasiada y agotada. Inmejorable fin de fiesta, con Patti Smith cantando por los altavoces del recinto que la gente tiene el poder, y arropando en la despedida al agradecido torbellino de Estocolmo.
Hora y media de apisonadora nórdica construida a base de punkrock y melodías incendiarias. Más de veinte canciones, proclamas políticas, sociales, anticapitalistas, anticorrupción, contra la opresión, contra la estupidez humana... Una cantante increible, invencible animal de escenario, un guitarrista áspero y enérgico, una bajista sobria e impecable, y un batería certero y resolutivo. Con su próximo disco tendrán difícil superar el muy redondo "Radio Rebelde", pero lo seguro es que en su próximo concierto lo volverán a dar todo y no defraudarán a casi nadie.
Pasión y gloria.
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