Y por fin pudimos celebrar la música con Taylor Swift. Todo aquel que haya seguido los pasos de la artista desde el comienzo sabe lo especial que está siendo este tour para ella. Y los que no lo hicieron, y se han ido acercando por el camino, están sintiendo que esta gira es uno de los mayores eventos musicales de los últimos años, una cita imprescindible. Por todo esto, la primera noche del “The Eras Tour” en Madrid se hacía realidad anoche y, como no podía ser de otra forma, lo hacía firmando un éxito verdaderamente abrumador.
Taylor salió al escenario para reencontrarse con aquel público español que la vio dar sus primeros pasos en la gira de “Speak Now” en Madrid hace doce años en un Palacio de los Deportes, por aquel entonces, prácticamente vacío. Pero, también volvió a España para visualizar el gigantesco crecimiento artístico y creativo desde aquella curiosa cita. “Esta gira es la más increíble que he hecho en toda mi carrera, con ella estoy reviviendo todo aquello vivido en mis anteriores giras. La verdad es que es un placer estar hoy aquí en Madrid”. Desde los primeros segundos de “Miss Americana & The Heartbreak Prince” el estadio comenzó a explotar y convertirse en una bomba de voces que era capaz de todo. La entrega fue impecable por parte de los swifties a pesar de la larga jornada. La sensación de comunidad y respeto que se generó en la cita podría servir de ejemplo para muchos otros espectáculos de semejantes dimensiones. Siendo constante desde la aparición en el escenario de unos icónicos Paramore que abrían la noche para defender su último buen álbum y colar algún clásico como “Misery Business”; hasta la llegada del fin de juego.
“The Eras Tour” está pensado para que, a pesar de construir una gran fiesta de elementos visuales y pomposidad, el centro de todo el show siempre sea la propia Taylor Swift y la relación con el público. No hay miedo alguno a que se quede sola sobre el escenario únicamente con un pie de micro y una guitarra frente a 65.000 personas. Y poder mantener eso siendo la mayor estrella pop del presente, sinceramente es gran parte del éxito del tour. La estructura de la cita fue igual que la de los últimos conciertos vividos en Europa desde que incorporó el bloque de “The Tortured Poets Department”. Pero claro, una cosa es saberlo y otra muy diferente vivirlo. El potencial de “Lover” como álbum firmó un inicio de show perfecto para levantar al público con especial mención a la preciosa canción que da nombre al álbum y que terminaría fundiéndose en una lluvia de oro para llevar a los asistentes al éxtasis con la llegada de “Fearless”. Es increíble apreciar lo vivos y lo bien que siguen funcionando temas como “Love Story” o “You Belong With Me” que por un lado son clásicos, pero que se podría decir que no pertenecen al ojo más comercial de las masas que persiguen a Taylor en el presente. Verla de nuevo con el vestido de flecos saltando o marcando el corazón con la guitarra colgada a su espalda fue verdaderamente emocionante. Como comentábamos al principio, este tour está preparado para afianzar la relación de la propia Taylor con los fans. Está repleto de guiños, secretos de “familia”, recuerdos, momentos que solo los seguidores y ella conocen. Algo que logra generar una cercanía y una calidez en una gira gigantesca de estadios bastante única, la verdad.
Tras la fiebre de “Fearless” llegaría la celebración pasional de “Red” en la que, más allá de certificar que es uno de los discos con hits más redondos de su carrera, Taylor nos entregó en el directo y sin miedo esa maravillosa “All Too Well” de 10 minutos. Pese a frenar un poco el ritmo pop acelerado que iniciaron sus predecesoras, Taylor sabía lo especial que era esta canción para el fandom y lo que supuso el lanzamiento de este en el “TV” de ese disco. Por ello, apostó por ofrecer un pase de honor a la canción y ojalá se quede así siempre para repetirla en el futuro. La era de “Speak Now” apareció y desapareció a una velocidad de vértigo desde que decidió eliminar “Long Live” del setlist, algo que nos puso muy tristes. Pero, sí que es cierto que en el caso del concierto en Madrid se hizo la magia y tuvimos una de las mejores sorpresas que nos podrían haber dado al colar entre las “surprise songs” “Sparks Fly” como algo totalmente inesperado. El tema levantó al estadio entero en su versión acústica y mezclada con “I Can Fix Him (No Really I Can)”; provocando uno de los momentos más especiales de la noche. Pero bueno, eso llegará más adelante. Ahora tocaba “reputar” y que la serpiente se cuele dentro de nosotros para mordernos.
En este bloque destacamos una espectacular “Don’t Blame Me” con construcción de coro gospel y oscura puesta en escena. Y, además, certificamos que Taylor Swift volverá a romper la industria cuando lance la “TV” de este álbum al mercado. Es sorprendente ver lo actual que siguen siendo los temas y lo bien que han madurado los singles de esta era maldita. Tras el infierno llegaría la calma. Y es que tal y como Taylor lo vivió en su vida, y tal y como la pandemia nos frenó a todos, al cerrar “Reputation” esa serpiente negra llena de ira se escapó tratando de buscar un lugar mejor donde convertirse en mariposa, olvidar y perdonar. Es ahí donde aparece la era de “folklore” y la casa en el campo sobre el escenario. Un disco del que Taylor explica estar tremendamente orgullosa ya que le permitió componer y crear sobre mundos e historias para escapar de la rutina y la realidad.
Y, como ya sabíamos por los últimos conciertos dados, “folklore” no se dejó ver solo sino que entró de la mano de “evermore” su disco “hermana”, como lo presentó la propia Taylor. En esta parte del viaje, nos hizo muy felices ver que sobrevive “cardigan” entre la madera y la naturaleza o que tesoros como “august” siguen formando parte del setlist. Aunque, uno de los momentos más brillantes fue ese juego de brujas que es “willow” con bolas de fuego que te hipnotizan y te hace amar un poquito más la canción.
Como bien es cierto que “folklore”/ “evermore” no es para todos y que es uno de los bloques más largos del espectáculo. Está muy bien colocada la era de “1989” tras ellos a modo de caramelo jugoso que masticas y no quieres que acabe. El público ha puesto muchas veces sobre la mesa que este es uno de sus discos favoritos de Taylor y, aunque está lleno de canciones quemadas hasta la saciedad, verlo en directo no hace más que confirmar lo buenos y redondos que son los temas pop centrales. Pero bueno, pasemos página y hablemos de la llegada de “The Tortured Poets Department” y la opción de poder vivirlo en directo en la gira por Europa. Siendo sinceros, todo lo que nos funciona peor a la hora de lanzar un álbum de 31 temas se justifica bastante bien en el directo y se sostiene con un imaginario potente y seductor. Taylor defiende muy bien este nuevo material y el público estaba preparado para ello. “Who’s Afraid of Little Old Me?” pide a gritos ser single y tener su propio videoclip, “Fortnight” empieza a coger peso y convertirse en un tema bastante sólido de cara al futuro de la artista; y, por sorpresa de todos, colar “I Look in People’s Windows” a piano entre las “surprise songs” fue uno de los momentos de intimidad más bellos de todo el concierto.
Para terminar con el resto de “surprise songs”, muchos de los asistentes ya habían adivinado que “Snow On The Beach” se dejaría ver por ellas. Sin embargo, algunos creían que Lana Del Rey iba a hacer una gran aparición, al tener el concierto en el Primavera Sound estos días, y no pasó para nuestra tristeza. Un hype alimentado además por las visitas entre el público de personalidades como Ryan Reynolds, Blake Lively o las hermanas HAIM. El cierre de fiesta lo protagonizó, como es de forma habitual, “Midnights”; álbum que sigue creciendo en reconocimiento y presencia en la historia musical de Taylor. Nos hizo muy felices poder ver en directo temas como “Lavender Haze”, “Midnight Rain” o “Vigilante Shit”, que no sabemos si sobrevivirán a futuros cortes. “Bejeweled” demostró además que es uno de los singles más especiales que hemos conocido en los últimos años de Taylor y la gran despedida de color se realizó al ritmo de “Karma” para llenarnos de nuevo de ganas de volver a reiniciar y vivir un concierto de Taylor Swift. Si no pudiste ir, te negaste o no lograste entrada. Te recomendamos que para futuras giras te lo vuelvas a pensar dos veces, dejes prejuicios a un lado y te entregues a una figura que es capaz de sostener más de tres horas de show con enormes bloques defendiéndolos sola sobre el escenario prácticamente sin despeinarse y generando una ovación de casi tres minutos que la dejó hasta sorprendida. Realmente, nadie sabe cuándo volverá a pasar un fenómeno semejante en la historia del pop. Por favor, no se lo pierdan.
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