Poco barrio, poca verdad, poco tiempo, mucho pijerío y adolescentes en celo en la presentación de "Ídolo" en Madrid. Puede sonar duro como introducción de lo que significó el primer concierto del doblete de C. Tangana en Madrid. Sin embargo, tratándose de alguien tan mal acostumbrado al éxito y con un discurso tan narcisista lo mejor es ser completamente sincero.
Antes de aparecer Pucho entre humo y artificios para matar al "Ídolo" el público ya adelantaba la fiesta con el mítico “Lo lo lo lo” en bucle que tanto gusta en las citas masivas. “¿Sabéis lo que me pasó el otro día en Razz? Me puse a hablar con el público y no había nadie escuchándome”. Como auténticos zombies los asistentes gritaban, bailaban y coreaban cualquier canción que sonara sobre el escenario. Los fans no van a un concierto de Tangana por un respeto a la historia, como podría pasar en cualquier concierto de hip-hop, aquí vienen a desmelenarse, romper con todas las reglas, ser todo lo “malotes” que no pueden ser en casa y tomar alguna que otra sustancia que haga la experiencia más grande.
Desde el inicio Pucho no oculta el poco directo que tienen sus espectáculos, canta sobre un pre-grabado de su propia voz de forma constante (algo que le obliga a ponerse límites a la hora de ser fresco y jugar en el escenario) y te vende su propuesta como una gran performance. “Caballo Ganador”, “Intoxicao”, “Pa que brille”… No duda en llenarse de apoyo sobre la pista y lo hace realmente bien con dos fantásticas bailarinas de pole que se convierten en el auténtico centro de atención de la fiesta con coreografías vertiginosas e hipnóticas. “No sé si es que soy un artista y me estoy volviendo paranoico pero tengo la sensación de que la gente me imita, me sigue, me mira, de que estoy metido en un sistema. Tienes que tener cuidado con las ratas”, contaba Pucho mientras el escenario se colapsaba de los dobles con los que ha promocionado su última mixtape y, a su vez, esto le servía de intro para la llegada de “Baile de lluvia”. Llovían dólares con su cara, serpentinas de colores por todos lados y no tardó mucho en quitarse la sudadera para que el público se volviera loco con ello. “Espabilao”, “De pie” y vuelta al “Avida Dollars” para disfrutar de “Cuando me miras” y soltar finalmente el discurso de empoderamiento que cierra “Baile de lluvia” y no lo hizo de forma previa.
“Quiero salirme con la mía y lo voy a hacer con la destrucción del Ídolo. El único ídolo que yo respeto es el ídolo muerto, el ídolo enterrao”. Tangana ha conseguido que un gran cúmulo de hits se quede en el imaginario de sus seguidores para siempre. Y, además, que se aprendan de principio a fin su última propuesta en tiempo record. “Inditex”, “Persiguiéndonos”, con una introducción a capella, y la llegada de una interesante “100k pasos” con AGZ en el escenario, bajo y guitarra; que sin embargo cortó la fiesta para el público.
El esperado discurso sobre la caliente actualidad de nuestro país lo abrazó entre ese grito feminista que es “Guerrera” y su himno a la libertad “Pop Ur Pussy”, esta vez con dos figuras masculinas haciendo pole dance en plataformas. “Hoy hay concentraciones por todos sitios porque hay muchos hijos de puta. En fin a mí no me gusta provocar la violencia, pero si alguna vez veis a uno de estos…”...
“Still Rapping” se convirtió en uno de los mejores momentos de la noche, la agresividad le viene bien a Pucho. Y, como era de esperar, “Mala mujer” se coronó como el tema más aplaudido y con mayor entrega por parte del público. “Quiero un poquito de ruido para Alizzz, el productor más importante de España ahora mismo”. A estas alturas, y con poco más de una hora de concierto, todo llegaba a su fin y el público seguía dejándose la voz pidiendo “Llorando en la limo” y olvidándose de aquellos tiempos en los que “Antes de morirme” era el auténtico cierre de fiesta. Y sí, claro que pudimos ver como despedida los bailecitos de Tangana a lo Dj Khaled y el escenario lleno de bolsos de marca. Como mención especial, teloneando la noche pudimos ver a Sticky M.A. sobreviviendo, tirando de temas de Agorazein sin ser AGZ al completo y con la presencia de la voz de Tangana como coros para calentar el ambiente. Nada remarcable.
Está claro que Pucho con cada propuesta provoca más a los puristas y logra convencer al público generalista de que está hecho para ellos. Para triunfar, llenar estadios y jugar sus cartas le cueste lo que le cueste. Eso sí, como decíamos al principio, no puede venderte un concierto donde la música o las letras estén por encima de todo. Más bien se trata de una especie de performance en la que su música es un puro acompañamiento. Es como salir a una fiesta de las caras con las colegas y tener de fondo al personaje con “el contrato más caro en España de to' el gremio”.
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