Tajante amenaza
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Tajante amenaza

8 / 10
Daniel Treviño — 19-09-2016
Empresa — The Live Club /Virtual Contenidos
Fecha — 16 septiembre, 2016
Sala — La Paqui (Antigua sala BUT), Madrid
Fotografía — Jorge Obón

Quien haya visto a Biznaga últimamente sabe ya que funcionan a velocidad crucero: con el frenesí de sus directos es difícil de entender que Álvaro no se ahogue cantando, a no ser que lleve una bombona de oxígeno conectada al Jack de la guitarra. Bromas aparte, Biznaga han pulido un directo que va directo a la yugular, como cabe de esperar en una banda cuyas letras no son otra cosa que una desenfrenada apología de la temeridad. Arrancan con “Divino fracaso” y en un abrir y cerrar de ojos ya han tocado “Fiebre”, “La conocí muerta” y Máquinas blandas”. A mitad del directo aparece por fin el primer parón en el que Jorge presenta a la banda como si se les hubiera olvidado que están dando un concierto. Descaro, energía, y balas de rabia. Biznaga interpretan varios temas de su inminente disco con Slovenly (“Los Cachorros”, “Nigredo”), intercalados con los habituales hits de la banda (“Dientes”, “El ejecutivo”, “Brigadas enfadadas”, etc). Al final se despiden con la coreable “Adalides de la nada”. Tajantes, contundentes y baluartes de un punk fresco y contemporáneo; lo de Biznaga no es un directo, es una tajante amenaza.

Con la sala caliente y un público predispuesto, Pablo und Destruktion y compañía llenan el escenario de la BUT. Si bien es cierto que el concierto de fin de gira podría haberse oficiado en un sitio más acogedor (la Sala Sol habría bastado para dar cabida a los asistentes y generar más sensación de piña), el sonido impecable justificó todo derroche. “La Paz de los Justos”, “Los Días nos Tragarán” o “Mis animales” fueron algunos de los temas de los que hizo gala el asturiano junto a los cuatro músicos que le acompañan. Aprovechó la coyuntura para presentar los dos temas reeditados que saldrán con Sonido Muchacho (“Extranjera” y “Pupilas Dilatadas de Ira”), incluyendo anécdotas referentes a la primera vez que las interpretó en Madrid, muchos años atrás, cuando “dio un concierto para una única persona en Madrid”. Quién le ha visto y quién le ve. Dejando los himnos para el final, no faltó la polémica “A Veces la Vida es Hermosa”, pasando por “Busero Español” y “Limonov, Desde Asturias al Infierno”. Un repertorio impecable para despedir una gira que posiciona al grupo en un momento culmen de su carrera. Y, si bien es cierto que, como canta Pablo, “El miedo es un continente que avanza despacio”, parece que los suyos siguen adelante después de todo. Y no hay mejor imagen que describa mejor al “Nick Cave asturiano” que la de su cazadora torera colgando de una percha en el camerino, minutos antes de subirse al escenario. Nos mira a todos, alegre, carente de nervios. Dice: “¿Nos echamos un pito y tocamos?”. “Hacía años que no escuchaba lo de echarse un pito”, le contestan. “Aquí estamos para defender lo de toda la vida”, sentencia Pablo. Y el resto, ya está contado.

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