Supersubmarina, a la cuarta fue la vencida

Finaliza “Tu saeta”, quinta canción del repertorio de Supersubmarina, y entre los inevitables gritos de “guapo” por parte de las más jovencitas, su cantante y guitarra José Chino se dirige al público para explicar que por fin lo han logrado. Han tenido que ser cuatro las visitas a la sala grande del Apolo para colgar el cartel de “agotadas las localidades”. Primero lo hicieron como teloneros de Mando Diao, después como artistas invitados de Vetusta Morla y, tras intentarlo una vez por sus propios medios, no ha sido hasta esta noche cuando la misma bola que ha ido creciendo en los escenarios del interior, se materializaba también en una plaza dura como acostumbra a ser la Ciudad Condal para este tipo de grupos.

Y así, ante un joven público entregado desde el principio y predispuesto a corear casi todas sus canciones para dar saltos a la que el grupo pisara un poco el acelerador de su tempo, estaba todo ganado de antemano. Poco importa que se les note un tanto encorsetados en la ejecución de sus canciones y que, excepto en temas muy concretos como “Niebla",  le saquen muy poco partido a los teclados a la hora de aportar texturas. En gran parte del bolo parece que los “sintes” estén ahí más como colchón de fondo de los guitarrazos que para dar color y profundidad a su propuesta escénica. Aunque está claro que nos hallamos ante un grupo con tan solo dos discos que tiene que seguir creciendo y arriesgando sobre el escenario. Y digo esto porque ahora está todo demasiado medido con lo que pecan de cierta rigidez. Por ese motivo el reto para la banda de Baeza residirá en el futuro precisamente en eso: En ver si son capaces de romper cierta monocromía tanto en el fondo como en las formas. Romper esquemas, para volver a recomponerlos después.

Mientras tanto, tienen todo el derecho a disfrutar de esa creciente ola en la que se han instalado y, si encima consiguen que su público salga contento de sus conciertos porque durante hora y media han olvidado los problemas que ilustran canciones como “El baile de los muertos”, aquí paz y después gloria.