Sería injusto catalogar como regreso el comienzo de la nueva gira de Su Ta Gar presentando su flamante nuevo álbum “Alarma”, por cuanto estamos hablando de un grupo que siempre ha estado ahí y que va camino de cumplir los 35 años sobre las tablas. Es verdad que ha habido dos parones o momentos importantes en la trayectoria de los de Eibar: una fue en 1995 con el accidente de su batería Borxa Arrillaga y la otra fue la pandemia que los mantuvo en dique seco en los años 2020 y 2021. Claro que lo mismo pueden decir los demás grupos en lo que a lo segundo se refiere.
Hubo quien, en cuanto las restricciones lo permitían, se iba adaptando a la situación (cambiante en cuanto a picos de contagio y permisos municipales, autonómicos o estatales) y ofrecían conciertos allá donde se lo permitieran, con el límite de los aforos y las medidas de seguridad que ello implicaba. Hubo quien en los meses de confinamiento se dedicó a darse visibilidad en redes y de paso intentar ofrecer algo nuevo. No fue el caso de Su Ta Gar, que no quiso ofrecer conciertos en una situación tan inestable e imprevisible. Y tampoco se dedicaron a componer en exceso. Todo empezó a cambiar a finales de 2021, que fue cuando poco a poco las canciones empezaron a aflorar hasta que el 25 de diciembre de 2021 el combo eibarrés hizo su primera aparición post-pandemia en la Sala Totem de Atarrabia. El grupo siguió componiendo a la vez que hacía el tour de aniversario. Para saber todos los detalles de estos últimos cuatro años, consultar aquí la entrevista con Aitor Gorosabel que publicamos en enero.
2022 fue el año en que acometieron una gira histórica rememorando el primer disco y las dos maquetas. El parón de otoño fue estratégicamente planeado mientras el nuevo disco estaba casi preparado. Así, la feria de Durango de diciembre trajo la presentación por todo lo alto de “Alarma” (Jo Ta Ke ekoizpenak), un disco que en los cinco días que duró la feria despachó nada menos que dos mil copias (nota: en la última entrevista que le hicimos, comprobaréis que Aitor hablaba de 1.500 copias, pero la cifra que maneja Aitor a día de hoy referente a aquellos cinco días es la de 2.000). Sin embargo, han querido esperar hasta este mes para dar el pistoletazo de salida a la gira de presentación con el concierto que hoy reseñamos, con el preludio que supusieron tanto su bolo en el gaztetxe de Andoain el pasado 10 de marzo y el del día siguiente en la casa de cultura de Lakuntza.
El día 14 se presentaba la canción oficial del Herri Urrats (fiesta de las ikastolas de iparralde) de este año, compuesta e interpretada por Su Ta Gar, que, además, actuarán en la fiesta de Senpere. El miércoles 22, además, salía por fin a la venta el disco en formato doble vinilo, con espectacular carpeta desplegable donde se aprecia en su justa medida el precioso diseño de Julen Ribas. Con todos estos antecedentes inmediatos, el estado de expectación es perceptible y se ha notado en el Sold out del concierto que nos ocupa. Resistir es vencer, y la grabación de un nuevo disco con su consiguiente gira de presentación, otro renacer. Y van...
Así, llegamos por fin al concierto de la Jimmy Jazz tras cinco meses de parón hasta el bolo de Andoain. Siguiendo su costumbre de no llevar teloneros, los cuatro músicos saltaron al escenario con puntualidad. Una puesta en escena sobria en comparación con el del tour del año pasado que conmemoraba el trigésimo aniversario del disco debut (en realidad el trigésimo primero ya que la pandemia obligó a posponerla un año). Unas sirenas colocadas estratégicamente nos hacían presagiar algunos efectos especiales que sin embargo solo se activaron en los bises.
Comenzaron con un clásico que no falla: nada menos que “Agur jauna”, Thrash Metal cortante como una sierra mecánica en la que el doble bombo de Galder Arrillaga en combinación con los afilados riffs de guitarra se lleva por delante hasta al más profano. “Etsi gabe”, primer guiño al primer disco (del cual caerían cinco en total), sigue sorprendiendo por lo exigente que es a nivel vocal (debido a unos agudos realmente altos), pero cabe señalar que el público llevó en bolandas a Aitor Gorosabel.
Seguiría el primer set de temas del nuevo disco, con una primera concatenación de cuatro temas conformadas por “Astindu hegoak” con sus guitarras melódicas y estribillo de tonos altos; la más agresiva y guitarrera “Erraietan betirako” (con los ya clásicos requiebros Thrash Metaleros en el juego de guitarras); la absolutamente avasalladora “Angra do heroísmo” (con un Aitor rabioso, una batería machacona y originales cambios de ritmo para goce y disfrute de los headbangers); y por último “Horixe naiz”, con su comienzo a lo Iron Maiden y que con sus casi siete minutos es la más larga del nuevo disco y quizás no se dejó querer tanto como la anterior.
Es verdad que tocar nueve temas de nueva factura tiene sus riesgos, pero eso mismo demuestra una gran confianza en el nuevo material. En este momento estamos ante el inicio de la gira y quizás la gente vaya a necesitar un poco de tiempo para ir asimilando el nuevo repertorio. La banda siguió a lo suyo y los coros a lo “Battle Hymns” de Manowar al final de “Horixe naiz” debieron de sorprender a propios y extraños por cuanto es la primera vez (junto con el tema “Eskertza”, que cerró el concierto) que Su Ta Gar utiliza tal recurso. En directo, para hacer estos coros a lo Manowar Xabi se pasa al lado contrario del escenario (a nuestra izquierda, donde está Igor) para cantar con el bajista, mientras Aitor sigue con su micro.
“Ekaitza eta barealdia”, el tema que instrumental que gloriosamente arrancaba el segundo disco (“Hortzak estuturik”, Esan Ozenki, 1992), continuó con el tercer tema del mismo: nada menos que “Nazka”, para deleite de los que les van las emociones fuertes. El mítico tema tuvo su réplica con un clásico de nuevo cuño (aunque tenga ya doce años): una enrabietada “Piztia” que la lió en las primeras filas e incluso más allá. “Jainko hilen uhartean”, otro clásico del nuevo siglo y quizás la mejor del grupo, hizo cantar al público hasta desgañitarse con su potencia y su empoderada melodía.
A todo esto, observábamos a un Aitor especialmente comunicativo y enérgico durante todo el show. La combinación de guitarras que lleva a cabo con Xabi Bastida sigue siendo uno de los más increíbles secretos de este grupo que va camino de cumplir los treinta y seis años de vida. El bajo de Igor Díez (quien ya lleva doce años junto a ellos) sigue siendo una garantía por el cuerpo que despliegan sus notas y por su carismática actitud escénica. Quizás faltó más volumen en su bajo, pero puede que más atrás se oyera mejor, no lo sabemos. Dos temas nuevos más: “Enborra” bucea directamente en las entrañas de la historia del grupo, ahondando en melodías y gitarrazos que son parte inamobible de su estilo.
Aun así, “Harrapaturik gaude” ataca más directamente al corazón ya que, aunque arranca con un preludio instrumental preciosista de un minuto, su desarrollo posterior es una agresión en toda regla debido a su velocidad, contundencia y estribillo matador. Momento, pues, de dos preciosas baladas: la archiconocida y redonda balada heavy “Itxaropena” (uno de los momentos del show) y la canción de amor/adoración a la noche “Zure aurrean makurtzen naiz”, épica donde las haya. “Geroaren hazi heziak” nos condujo por patrones muy melódicos aún con todas las puntualizaciones que caben en un grupo de estas características.
Una traca final absolutamente aniquiladora con tres temas como “Mari”, “Jo Ta Ke” y “Rotaflexa garraxika” sacaron toda la furia del grupo y del público en unos minutos donde reinaron por todo lo alto. Se retiraron en lo que parecía el preludio de los bises, pero cuando salieron un poco más tarde Aitor nos pidió perdón porque Galder “había petado”: Por lo visto, y dado que el grupo pide a la sala que corten el aire, Galder se quedó sin aire a estas alturas del concierto (nada menos que el decimoctavo tema). Lo cierto es que se recuperó bien a tenor de lo que nos ofreció en los cinco últimos temas.
Una preciosa y nueva balada nos acarició en los minutos siguientes: “Infinitoan” se desenvuelve entre las dulces melodías que caracterizan algunas baladas y medios tiempos del grupo y el consiguiente crescendo imprescindible en las power ballads. Se trata de una balada heavy que a buen seguro perdurará en el tiempo. “Gau iluna amaitu da” desplegó toda su autoridad sobre un público ya entregado, con el añadido de los comentarios de Aitor referentes al fin de la dispersión de los presos políticos vascos: “les ha costado 34 años cumplir su ley”. A los que dicen que pasan de política, preguntarles que clase de Justicia es aquella que con la dispersión castiga no a los presos sino a sus familiares, obligándoles a hacer miles de kilómetros para visitar a sus seres queridos. Los que pasan ya están dejando clara su postura política.
El segundo bis trajo el encendido de las sirenas con “Alarma egoera”, tema que abre el disco pero que bien podría ser un perfecto final tanto por su contundencia y por su estribillo como por su poderosa pegada. Aun así, la elegida fue “Eskertza”, una absoluta delicia interpretativa y las segunda más larga del disco debido a sus seis minutos y medio. El tema describe la épica y el arrojo de las pequeñas embarcaciones pesqueras del Euzko Itsas Gudaroztea (Ejército Naval Vasco) que hizo frente a la flota de los facciosos el 5 de marzo de 1937 en la batalla naval de “Matxitxako”. Fue una batalla casi suicida pero heróica que sin embargo no pudo vencer al crucero “Canarias”. “Eskertza” es una canción de agradecimiento a los perdedores de aquella batalla. La canción es de lo mejor del disco, posee fiereza, calidad y una intensa emotividad refrendada por una contundencia que llama verdaderamente la atención.
Terminó la actuación tras dos horas de intensa descarga con nada menos que veintitrés temas en total: nueve del último disco y cinco del primer trabajo. De los restantes nueve, estuvieron repartidos entre los tres de “Agur jauna gizon txuriari” y “Hortzak estuturik” respectivamente, y uno de “Homo Sapiens”, “Jainko hilen uhartean” y “Ametsak pilatzen”. El nuevo disco ha irrumpido en el repertorio con gran autoridad, de manera que si ya antes era difícil o imposible ver representados a discos como “Sentimenak jarraituz”, “Itsasoz beteriko mugetan” o “Bizirik gaude”, ahora lo llevamos claro. Incluso “Munstro hilak” y “Maitasunari pasioa” han quedado, de momento, apartados.
Es ley de vida, y como señalamos antes, la confianza que ha demostrado el grupo al tocar tantos temas nuevos es como mínimo arriesgada pero de una gran entereza. Un show sin demasiadas interrupciones pero con gran despliegue comunicativo por parte de su líder y una gran profesionalidad por parte de los otros tres miembros.
Los temas nuevos tuvieron una desigual acogida, pero tanto por su grandeza como por su acogida, destacaremos “Erraietan betirako” y especialmente “Angra do heroismo”, “Harrapaturik gaude”, “Alarma egoera” y “Eskertza”, sin olvidar por supuesto la balada “Infinitoan”. Sí que nos sorprendió la ausencia de “Nafarroa 1617”, tema que para nada desentonaría entre lo más agresivo del repertorio. Ahora toca presentar el trabajo en salas pero también tenemos casi encima el Iruña Rock, el Gazte Topagunea, el Herri Urrats y el Orozko Rock, entre otras muchas.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.