Toda una experiencia
ConciertosSteve Smyth

Toda una experiencia

9 / 10
Raúl Julián — 09-12-2022
Empresa — Avalon
Fecha — 06 diciembre, 2022
Sala — Avalon Café / Zamora
Fotografía — Raúl Julián

En un mundo justo, Steve Smyth sería una estrella mundial y abarrotaría grandes recintos desde hace ya tiempo. A cambio, el australiano continúa ofertando escandalosos conciertos en distancias cortas, al amparo de ese circuito de salas que en nuestro país tiene ruta fija de locales, encantados todos ellos de acoger al artista con periodicidad anual, y en los que se ha granjeado una generosa legión de fieles y también amigos. Sucede con lugares con tanta solera como La Lata de Bombillas de Zaragoza, La Salvaje de Oviedo, o el mismo Avalon Café de Zamora, plaza en la que ya han perdido la cuenta acerca de cuántas veces han visto triunfar al músico.

Tras un forzoso parón motivado por la pandemia, Steve Smyth regresaba más de tres años después a la que es una de sus casas, en esta ocasión en ese formato de trío que tanto favorece a sus canciones. El cantante y guitarrista se acompañó de The Diablos, o lo que es lo mismo, la compacta base rítmica que forman Quico Trece al bajo y Oriol Planells a la batería y que, en la práctica, se manifiesta con una banda infalible, consistente y sobradamente engrasada. La bestia australiana volvió a desplegar toda esa fuerza escénica latente en su interior, apostillando unos argumentos cargados de intensidad y sentimiento que engulleron tanto a los que disfrutaban de su directo por primera vez como a aquellos ya conocedores del asunto. A medio camino entre Tom Waits, Mark Lanegan, Lou Reed y Jeff Buckley, Steve Smyth desarma con una voz arrasadora y aguardentosa, capaz de emocionar hasta la lágrima en sus momentos más sentidos o de dirigir un puñetazo a la boca del estómago cuando busca el impacto frontal. Una actuación repartida un buen puñado de temas nuevos –todos ellos excelentes– y piezas habituales convertidas, al amparo amigo de la sala, en himnos del tipo de “Shake It”, “In A Place”, “Written Or Spoken” o “Get On”.

La sólida relación de complicidad entre músicos y el propio público resultó clave en el devenir de la velada, materializando otra celebración conjunta en base a uno de los mejores conciertos que el músico ha firmado de entre sus múltiples visitas a la ciudad. Quizá algún día el bueno de Steve alcance las cotas de popularidad que por calidad sin duda merece, pero mientras tanto seguirá regalando la esencia primigenia de la música al calor incomparable de una pequeña sala de conciertos abarrotada. Y ese encuentro cara a cara con de Sídney se antoja un lujo, además de una de esas experiencias que todo el mundo debería vivir, al menos, una vez en la vida.

 

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