Ver a Steve Harris dos veces en dos días, es algo impagable. El segundo disco de British Lion “The Burning” ya tiene un par de años, pero con todo esto de los retrasos de la pandemia, aún no había podido presentarlo en directo, y como la gira de Iron Maiden pasaba el viernes 29 de julio por Barcelona, el bueno de Harris decidió hacer un concierto el día antes, tal como había realizado en otras ciudades europeas.
La tarde empezó con todos los alrededores de la Sala Salamandra de L'Hospitalet tomados por fans de Maiden de todos los países. Esto es algo habitual en esta serie de eventos, y algo que por suerte un servidor conoce por los periplos de seguir a la doncella por Europa y otras partes del mundo. Mesas llenas en los bares de gente esperando y muchos de ellos entrando directamente a ver a British Lion y pasando un poco de su telonero DarkTribe, una banda francesa de power metal que lo hace muy bien en directo pero que a muchos no nos llega. En cambio, cuando le tocó el turno a British Lion, la sala estaba a reventar. Y explotó con el primer tema “This Is My God”, donde Harris ya encaró con su bajo las primeras filas una y otra vez.
Su hard rock es suave y la banda ha mejorado desde esa primera gira del 2012. Ahora su vocalista Richard Taylor lo hace cada vez mejor y el resto de la banda también ha evolucionado desprendiendo además todo el carisma y buen rollo que Steve Harris da cuando toca en directo. La experiencia tiene el valor añadido de ser en una sala pequeña, llena de verdaderos fans que quieren tener esa oportunidad de verlo de cerca, cosa imposible con Maiden hoy en día. Además, de regalo, en la mesa de mezclas estaba Nicko McBrain viendo el concierto de su amigo y compañero.
British Lion fueron mezclando temas de sus dos discos, y poco les faltó para tocar ambos enteros en las dos horas de concierto que nos dieron. Destacaron “Spitfire”, “Lightining” y sobre todo “Us Against The World” el tema que, para muchos, define el sonido de British Lion. Acabaron con “Eyes Of The Young” donde posteriormente Steve intercambió saludos y muñequeras entre las primeras filas.
Ahora solo faltaba verlo tocar 2 horas más al día siguiente con Iron Maiden, pero eso ya es otra crónica que debéis leer a continuación.
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