Impecable. Como siempre, impecable. Y esa es precisamente la única mácula del concierto que significó ayer noche el final de gira de “Adelante Bonaparte” en la sala Apolo de Barcelona. El sonido de fábula; la banda profesional como pocas; el público con ganas, pero.... ¡Ay!, el eterno pero de la crítica. Pues sí, pero... ¿dónde estaba la complicidad entre los músicos o esa sorpresa que siempre se reserva para un concierto de despedida?. Y es que fueron pocos los detalles que diferenciaron este concierto especial, en teoría, con cualquiera de los numerosos directos protagonizados por los catalanes a lo largo y ancho de nuestra geografía. Es incluso posible que el corsé de un formato como el “room”, haya acabado afectando a la puesta en escena más clásica de lo que debe ser una banda ofreciendo un concierto de rock. Y en un concierto de rock uno siempre echa a faltar el factor del azar, de lo imprevisto, de lo improvisado, pero no. Todo está medido en el universo Standstill. Todo está controlado y fiscalizado por un Enric Montefusco que para bien, pero también para mal, ha acabado sometiendo e incluso anulando al resto de los integrantes de su grupo. Hay genio para ello, eso está fuera de toda duda. Lo malo es que a veces alguien tiene que decirle al jefe que se equivoca en su afán de controlarlo todo hasta el más mínimo de los detalles. Alguien tiene que decirle que hay que dejar espacio para que los demás tengan su segundo de gloria y que las canciones, siendo lo más importante, pueden coger diferentes tonalidades si no están tan marcadas por las pautas de lo correcto. Por todas estas razones, si eres de los que ha acudido a cualquiera de los numerosos conciertos de los catalanes, ya sabes lo que presenciamos. No hubo lugar para la sorpresa, tampoco para la emotividad de la despedidas. Fue un punto y a parte sin más. Un emplazamiento a vernos dentro de un año con nuevas canciones y quién sabe si nuevo formato. Ahora mismo mi olfato me dice que ni la actual banda está asegurada. ¿Quién desearía vivir sometido a la dictadura de lo excelso?. En el arte, como en la vida, hay que dejar espacio para la aventura de lo imprevisto. Y eso no debe confundirse por fuerza con la precariedad de lo improvisado.
Te gustó tanto que no sabes ni qué decir! De todas maneras, era el tercer concierto seguido con diferente espectáculo. Lo exclusivo de la noche es el hecho de que no se volverá a repetir.
El concierto gustó y mucho! Pero tienes toda la razón Don Disturbios, qué más da que el grupo se llame Standstill si todo gira y es Enric Montefusco? Todo muy preparado y ellos con poca capacidad de emoción al cerrar una gira. La emoción vino por lo que despiertan en nosotros cada canción.
"...lo que debe ser una banda ofreciendo un concierto de rock." …lo pasa es que Standstill ya NO es una banda de rock!! Bajo mi humilde opinión, con Adelante Buenaspartes y bajo la DIRECCIÓN ARTÍSTICA de Montefistro, desenchufaron las guitarras eléctricas y dejaron el rock por algo más acorde a los
gustos populares de hoy dia…que no pasa nada y seguramente siguen manteniendo e incluso superando su calidad y gustar a mucha más gente, pero lo que es una banda de rock, para mí, ellos ya no lo son ?
El concierto fue impresionante, la música fue lo importante y el universo que crea esta música en un escenario como el Apolo fue alucinante... más importancia a la música y menos a los músicos, basta ya de juzgar todo desde el narcisismo.
Este artículo tiene más pinta de una revista rosa que una de música...
"Este artículo tiene más pinta de una revista rosa que una de música..." Y tu comentario es de maruja mala y no musical, osea que mejor para escribir gilipolleces no pongáis nada.
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