Tonterías ni una. Desde el mismo momento en el que Soulfly pusieron los pies en el escenario, empezaron a descargar sobre el respetable la brutal “Babilón”, corte inaugural de su último disco, “Dark Ages”. Y salvo algún ocasional “Gracias, Madrid” y poco más, el ruido apenas cesó un momento en las dos horas que duró un magnífico concierto en el que Max Cavalera y los suyos, alternando temas propios con algunos de Sepultura (a destacar un apabullante “Inner Self” en el bis), hicieron botar de lo lindo a un público entregado, que aplaudió con igual entusiasmo todo el set list. El sonido empezó siendo bastante malo, mejorando hacia el tercer tema, y si bien algunos arreglos se perdían en el estruendo, no hay en el lineal estilo de la banda muchas sutilezas que apreciar. Terminaron con una exhibición de batucada brasileña, en la que subieron a un chaval del público a aporrear tambores con ellos, y un par de bises, a los que “Eye For An Eye”, con la gente al borde del paroxismo, puso el perfecto punto final. De los teloneros, los jienenses Xkrude y los italianos Linea 77, estos últimos con dos cantantes un poco torpes, poco que destacar, pero ambos se ganaron a la audiencia.
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