SOULFLY
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SOULFLY

1 / 10
Redacción — 12-06-1998
Empresa — Doctor Music
Fotografía — Archivo

Que el proyecto de Max Cavalera deje tantas entradas sin vendery que, por el contrario, Pantera consigan reventar Zeleste el díasiguiente es, cuanto menos, significativo. O la propuesta de Soulfly noha convencido, o la legión de seguidores de Sepultura (recuerden:en sus dos últimas visitas, el papel se agotó con exageradaantelación) no lo acaba de ver claro, o, simplemente, Barcelona prefiereel revisionismo heavy de Phil Anselmo y cía. Lo cierto es que algofalló. Pero por partida doble (público y músicos).En primer lugar, los teloneros. De Cold, (pen)última esperanza delmetal radiable estadounidense, hay poco qué decir: sus deudas conKorn, Bush y Soundgarden no tardarán en llevarles al olvido. En segundolugar, Soulfly. Aunque su disco me siga pareciendo una completa, digna yacertada continuación de "Roots", su traslaciónal directo no hace sino dejarme en evidencia. Hacía tiempo que Zelesteno asistía a un sonido tan catastrófico. Ruido, volumen ydistorsión se amontonaban en un ladrillo sonoro exageradamente molestoe incómodo. Porque una vez perdidos los matices de su álbum,se nos hizo imposible distinguir una canción de otra, vislumbrarqué estaba sucediendo encima del escenario. Y como aquello no lopodía salvar "Soulfly", se tuvo que recurrir, en un actode mal gusto y cara dura, a Sepultura. "Beneath The Remains","Dead Embryonic Cells", "Refuse/Resist", "RootsBloody Roots", "Attitude", "Spit" y un recuerdopara Nailbomb hicieron válida la hora y cuarto de un directo quesembró dudas cuando tenía que haberlas despejado. Y es quesi tu público tan sólo enloquece cuando acudes a un pasadodel que tú mismo reniegas, ya puedes empezar a preocuparte. Pobrísimaimagen.

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