Pese a la ola de calor que atizó Barcelona este fin de semana, 122.000 almas acudieron a la última edición de Sónar con un solo propósito: bailar hasta que el cuerpo dijera basta. Tras estos años en los que la dichosa pandemia lo paralizó todo, la cita volvió a ser el epicentro mundial de la fraternidad clubber. Como viene siendo costumbre, el eclecticismo sonoro lo dominó todo. Da igual que se trate de pop, techno, ritmos urbanos o simple experimentación. Pocos pueden presumir de un cartel tan variado y abierto de miras. Precisamente, esto último, es la clave de su éxito.
También siguiendo la costumbre, hubo mucho y muy variado. Podríamos hablar de la emotividad del show de For Those I Love, de la repercusión de la actuación de Morad, de la aparición en escena de Rojuu, de la juventud del dúo Yugen Kala y de muchas otras cosas, pero ahorraremos a los lectores enfrentarse a una eterna lista de nombres seleccionando algunas de las actuaciones más destacadas.
Arca
Otro de los momentos esperados de la noche fue el que protagonizó la artista venezolana Arca. Sus seguidores más acérrimos ya estaban esperándola mucho antes de empezar el concierto, otros tantos se escaparon durante los últimos compases del concierto de The Chemical Brothers, y poco a poco la comitiva se fue nutriendo de recién llegados curiosos y otros tantos despistados. Pero centrándonos en el concierto de Arca, lo inevitable era no compararlo con sus anteriores comparecencias en el Festival. Como siempre fue muy diferente a las anteriores, y como también era de esperar volvió a dar de qué hablar. Como novedad el componente improvisado pasó a primer plano, todo lo contrario de su manierismo escénico de 2019. Empezó, claro está, con algunas de las piezas de su material más reciente. El primer tramo sirvió para mostrar su parte más performista, en la que fue liberándose de algunas prendas de vestir mientras jugaba con trabalenguas lascivos. La segunda parte del espectáculo la centró en su faceta de DJ, en la que dejó boquiabierto a todo el mundo prodigándole con piezas a base de beats acelerados, ritmos de reggaetón deconstruido con ínfulas de bakalao.
The Blaze
A diferencia de Moderat, los franceses sí supieron trasladar en vivo esa emotividad y sensibilidad innata del EP “Territory” y el largo “Dancehall”. Con la ayuda de un simple juego de luces y una gran pantalla a sus espaldas, el dúo no defraudó en absoluto. Temas como “She”, “Heaven”, “Runaway” o su reciente “EYES” fueron celebradas como clásicos por los presentes. Sí, su nuevo espectáculo es mucho más grandilocuente que el que vimos en 2018 en el Primavera Sound. Aunque lo que aquí importa es que, sin artificios y siendo sumamente fieles a su ADN de estudio, consiguieron conquistar una plaza tan exigente a esas horas de la madrugada. Sergio del Amo
C. Tangana
Algunos prejuiciosos, horas antes de que subiera al escenario en calidad de estrella de la primera jornada nocturna, cuestionaban su sola presencia. Pero tras presenciar esta versión festivalera –y por ende, más corta– de su “Sin cantar ni afinar Tour”, nadie puede discutir que fue uno de los shows más memorables no solo del día, sino incluso de la historia reciente del festival. Independientemente de que se sea más o menos fan, su puesta en escena únicamente puede calificarse de disfrutable y estéticamente apabullante, a partes iguales. El uso de las steadycams dota al conjunto de una cinematografía inigualable –de hecho, el público se sumerge en un videoclip rodado en tiempo real– que transita entre el Tropicana y una bodega flamenca. En un alarde de generosidad, todos los músicos ahí reunidos, desde La Húngara a El Niño de Elche, tuvieron su momento para brillar por sí solos. Y, como no podía ser de otra forma, Nathy Peluso tampoco faltó a la cita para entonar “Ateo”. Muy difícil lo va a tener el madrileño para superar, en un futuro, un espectáculo tan redondo como este. En contadas ocasiones, al concluir un concierto, puede verse al público con tal sonrisa de oreja a oreja. Sergio del Amo
Charlotte de Witte
Hacía tiempo que no teníamos un Sónar con tantas propuestas de techno y hard techno. Si la primera noche fue Richie Hawtin quien se llevó el gato al agua, la gran triunfadora de los ritmos duros de la última velada fue, sin duda, Charlotte de Witte. La DJ y productora hilvanó una secuencia cinética que atrapó desde el inicio, en la que incluyó algunos de sus hits más demoledores (“RPM”, “Sgadi Li Mi” o “Formula”). Charlotte de Witte se encuentra en un estupendo estado de forma, por eso no es casual que lleve dos años siendo la DJ alternativa número 1 según DJ Mag y Beatport, además de haber ganado la categoría a Mejor Artista Femenina de Techno de 2019 y 2020. Fue prácticamente imposible abandonar el escenario grande de Sónar Noche para cambiar de aires, y menos con la pericia demostrada por la belga a la hora de controlar los tempos de los despegues sonoros. No faltaron “Rave On Time” y “Doppler”. En definitiva, fue una delicia en forma de techno con pinceladas de trance y acid.
Foto: The Chemical Brothers
The Chemical Brothers
Lo del dúo de Manchester formado por Tom Rowlands y Ed Simons fue de otro planeta. Hacía seis años desde su último concierto en Barcelona, y la verdad es que valió la pena toda esta espera. Presentaron un espectáculo completo en el que no faltó nada. Un juego de luces insuperable y una batería de visuales recién estrenada, a cargo de los artistas Adam Smith y Marcus Lyall. Durante las casi dos horas que duró el concierto bordearon la perfección gracias a una selección de hits que se iban sucediendo e incluso combinándose entre sí. Hasta optaron, en el tramo final, por un medley con “Hoops”, “The Golden Path”, “Free Yourself”, “EML Ritual” y “Tuba”. También hubo un momento homenaje a sus compadres New Order cuando entrelazaron “Out Of Control” con “Temptation”, con “Star Guitar” y con voces pregrabadas de Bernard Sumner. Y, claro, el público encantado con el espectáculo de sonido, luces y lásers, con el escenario cambiante en cada tramo (hubo hasta robots gigantes de estética japonesa), con globos gigantes, confeti, humo... Volviendo al repertorio, nos quedamos con el equilibrio perfecto entre hits de todas las épocas del grupo –nueve discos representados– a los que se les aplicó un barniz sonoro actualizado que unificó el set de principio a fin. Lluís S. Ceprián
Kiddy Smile
Pocos nombres resultan más apetecibles para concluir una jornada diurna del festival que Kiddy Smile. Acompañado de un séquito de bailarines de voguing que se descoyuntó en el escenario, el francés dio una clase magistral de house energético. Arrancó con un remix del “Papi Chulo” de Lorna para, sin dar tregua, lanzar joyas como “Someone 2night”, de Theo Walbeck, “Compufonique” de Maddslinky o la remezcla de Nic Fanciulli del “For The Same Man” de B Beat Girls. La próxima vez, por favor, que lo programen para cerrar el SonarPub. Sergio del Amo
Foto: Maria Arnal i Marcel Bagés
Maria Arnal y Marcel Bagés
¿Cómo se puede mejorar un disco como “Clamor”? Muy sencillo: reforzando su carácter electrónico e invitando al Coro de Mujeres del Orfeón Catalán a acompañarte sobre el escenario. Minutos antes de que presentaran en sociedad su nuevo espectáculo, “Hiperutopia”, desconocíamos si la propuesta iba a funcionar realmente. Pero vaya si lo hizo. A medio camino entre “Midsommar” y el “Medúlla” de Björk, los catalanes sacaron el máximo partido a ese grupo vocal que engrandeció, aún más si cabe, su segundo álbum de estudio. Puestos a poner peros, la mayoría no entendió en qué consistía esa colaboración con Holly Herndon –o, mejor dicho, su alter ego Holly+–. Salvo eso, muy fácil de corregir en futuras fechas, el dúo salió por la puerta grande. Sergio del Amo
Moderat
Había ganas de volver a ver a Sascha Ring (Apparat) y el tándem formado por Gernot Bronsert y Sebastian Szary (Modeseletkor) casi un lustro después de que anunciaran su separación. Sin embargo, por mucho que en la práctica cumplieran, a su concierto le faltó algo alma. Puestos a hallar un motivo, quizás que sonaran tantas canciones de su reciente “MORE D4TA” –un álbum que está a años luz de sus tres predecesores– interrumpió el ritmo. Aunque tampoco ayudó que llevaran una puesta en escena tan sobria. Sí, cerraron con ese himno de ayer, hoy y siempre que es “A New Error”. Pero, haciendo balance de lo que presenciamos, faltó algo. Sergio del Amo
Niño de Elche
El artista vivió una de cal y otra de arena el pasado viernes. Horas antes de participar en esa fiesta que fue el directo de C. Tangana, Paco Contreras nos dejó con un sabor de boca agridulce en el debut de “Concert de músika festera”, un espectáculo con el que pretendía rendir homenaje a los sonidos –populares y bakalas– valencianos. Hubo problemas de sonido que rompieron drásticamente la magia. Pero más llamativo fue que la banda La Valenciana, que le acompañaba tanto a él como a escudera Ylia, permaneciera en un segundo plano durante tantísimos minutos. Un mal día lo tiene cualquiera, así que se lo perdonamos. Sergio del Amo
Paranoid London
El directo de Paranoid London debería de pasar a la historia del festival por la hiper vitalidad desplegada sobre el escenario durante la primera jornada del festival. Los británicos Gerard Delgado y Quinn Whalley presentaron en Barcelona su nuevo espectáculo, acompañados de Mutado Pintado, vocalista de la banda de post-punk Warmdusher y el representante de la escena queer del techno y house underground Josh Caffe. Desde que el proyecto surgiera en 2007 como un pequeño sello dedicado al acid house el mito no ha dejado de crecer. Primero porque sus discos apenas llegaban a las tiendas debido a unas ediciones limitadísimas que viajaban directamente de artista a consumidor y luego porque la intención de poderlos ver en directo ha sido durante años más un acto de fé que una probabilidad. Pero el jueves un SónarHall abarrotado tuvo la suerte de disfrutar de innumerables hits –no tienen ni un tema flojo–como “We Make Acid”, “300 Hangovers A Year” y “Light Tunnel”. Fue una orgía de ritmos de club primigenios en la que no faltó techno de Detroit, house de Chicago y muchísimo acid, con ecos a Adonis, Paris Brightledge, Alexi, Larry "Mr Fingers" Heard o contemporáneos del género como Tin Man y Recondite. Además, los visuales, a cargo de Bob Jaroc ayudaron a transportarnos a un oscuro club de 1989. Desde aquí pedimos a la organización del festival que se vuelva a programar, pero la próxima vez, eso sí, que sea en Sónar Noche. Lluís S. Ceprián
Sega Bodega
Lo pudimos ver hace un par de años en SónarCCCB en una actuación en formato videocápsula. Esta vez, el contexto era distinto y el espectáculo a presentar también. Vino con todo el set pregrabado e imperó, podríamos decir, la economía escénica. Pero eso no le restó efectividad al espectáculo en el que Salvador Navarrete aparecía franqueado por tres cortinas de tela transparente, movidas constantemente por ventiladores y sobre las que se proyectaban luces, todo ello servía para crear atmósferas envolventes, o, todo lo contrario, para construir un contexto hostil o tormentoso en sintonía con sus deconstrucciones sonoras. El set se centró en su último disco “Romeo”, recordando que se inspiró en Sophie para componer “Um Um”, y prácticamente pasó de puntillas por sus anteriores “Salvador” y “Self*Care”. Lluís S. Ceprián
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