35 de años de carrera permiten comenzar tu concierto con un medley del himno soviético y la sintonía de Maimi Vice , ir haciendo canciones, colgarlas en tu web a lo largo de seis años y cuando tienes el n.º suficiente editar un nuevo disco con el nombre de “El mundo da vueltas” aunque haya cambiado el mundo musical y los culpables sean los mismos.
Así se presentaron los vigueses Siniestro Total en la sala Jimmy Jazz para desplegar las nuevas canciones y sus clásicos de existencialismo de calle. Pronto cayeron 2 de ellos, su “Miña Terra Galega” con un saxo que arrebata el aire melancólico a la versión de los Lynyrd Skynyrd y la declaración de intenciones de “Emilio Cao” todo un himno de apellido Daviesy adn británico. El trayecto estilístico fue una ida y vuelta del pubrock ,r&b o el punk gamberro de las islas al sonido más pulcro de rock norteamericano.
Julián Hernández es un maestro de ceremonias con las tablas suficientes para lidiar con su problemas de voz ,”tomo las mismas medicina que Prince” apunta, que un seguidor le recuerde el olvido de una estrofa o que le recuerden la eliminación futbolera del Celta. Capaz de guiarnos por su cancionero a través de un relato ubicado en su barrio de El Calvario y la aparición de 2 niños con voz de ángel (su guitarrista y su bajista) recordando a The Kinks,otra vez, en “Tumbado a la bartola” a Obús en la macarrilla “Vamos muy bien” o AC/DC en “Somos Siniestro Total”.Aclara la ficción que inspira uno de las escasas canciones nuevas que presentan,”Todopoderoso” con la corrupción como protagonista para que nadie le denuncie para a continuación recordarnos su época más irreverente con “Cuanta puta y yo que viejo”y “Ayatollah” canciones que de haber nacido en esta época quizás les hubieran propiciado un salto a la primera línea de la actualidad no deseado. También se acuerdan de sus canciones gamberras de línea blanca “Camino de la Cama” o del piloto “Keke Rosberg” o del casticismo de “Diga que le debo”para asaltar el bis con el bailable “Bailaré sobre su tumba” y la piedra filosofal de su repertorio ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos?.
Así con el puño en alto, mientras suena de nuevo el himno soviético, se despiden estos viejos camaradas, alineados al borde del escenario con la pólvora escénica y la irreverencia algo mojada pero resistiendo con sus fieles el recuerdo de sus hitos pasados.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.