Sin complejos
ConciertosSoledad Vélez

Sin complejos

8 / 10
Alberto Bonilla — 09-01-2015
Empresa — Girando Por Salas
Sala — Zentral
Fotografía — Fernando Lezaun

Hay diversas formas de observar una misma realidad, sobre todo cuando las emociones enredan entre la imagen y la apreciación. Si nos ceñimos a lo más objetivo, podríamos afirmar que no era fácil llenar una sala como el Zentral Kafé Teatro de Pamplona, recién estrenada y que ha vuelto a situar a Iruña como lugar de paso obligatorio para cualquier gira de artistas de renombre. Asimismo, si nos dejamos llevar por la subjetividad y las emociones, no cabe duda de que lo que hizo ayer la chilena Soledad Vélez y su banda es digno de reconocimiento, atrapando de forma progresiva y atmosférica a un público que disfrutó de lo lindo con su directo. Llenar o no, fue lo de menos.

Se inició con “On fire”, uno de sus temas más reconocidos, dejando destellos de un maravilloso y atinadísimo bagaje vocal que en canciones como “Hug me” se desliza entre el blues y el jazz más genuino. Tras ellas, “I’ve been gone so long” nos reveló la cara más folk y accesible de la artista por medio de una letra emotiva marca de la casa. A continuación, los sintes se hicieron presentes en temas como “Milky Way”, que sonó perfectamente sincronizada recordando por momentos a unos Broken Bells en clave femenina.

Al ritmo que el respetable se iba soltando, Soledad incrementaba la carga instrumental de sus melodías por medio de canciones como la colorida “Black light in the forest” o la frenética “Keep Walking”, antes de afrontar la recta final de su directo. Todavía hubo tiempo para un impass marcado por “Head pain” y una prolongada y épica “Unhappy with crown” que dejó el camino allanado para dos canciones que sonaron gigantes en un Zentral que había aglutinando cada vez más público e interés. Si “How to dissapear”, dedicada especialmente a las mujeres, fue interpretada bajo un ritmo folk de guitarra contundente, “South montain” acabó por evidenciar la grandeza de una música que evoca a los orígenes recordando su procedencia: “I’m from South America”. El broche de oro de la íntima velada lo pusieron “Spectrum” y “Silver wolf” que mostraron el carácter especial a la par que auténtico de una propuesta poco pretenciosa y desacomplejada.

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