Silencio. Empieza la misa. Maite, Raquel y Charlotte llegaron a una Riviera abarrotada de un público muy diverso, pero con un objetivo común: Sacarse las cadenas. De las parejas que duelen, los alquileres que asfixian y la vida que absorbe. El trío subió al escenario con sus ya míticas túnicas rojas de la portada de “No lo volveré a hacer” al más puro estilo de El Cuento de La Criada y sus bajos para contarnos “Un secreto” entre riffs. Sus fans lloramos en el metro porque no hay pasta para Cabify.
La necesidad de desfogarnos con quienes nos sentimos identificados, quedó latente entre pogos y versos valientes como el “que tu puta madre te consuele” de su clásico pandémico “oh boi”. Y lo hicieron con una majestuosidad vocal que tiende a perderse en los directos prefabricados. En vivo recuperan el alma de leyendas del punk femenino como Vulpes o Ariadna de los Punsetes con quien cantaron la versión de “Viva” que se incluye en el tributo “Que Le Den Por Culo A Tus Amigos”. En un testigo simbólico de las que ya son el referente de una generación en llamas.
Entre sus invitados tampoco faltó Aiko el grupo con quienes cantaron su colaboración “Te mataré” y algunos de la veintena de amigos -Casero, Ginebras, Toldos Verdes, Alavedra...- de la nueva ola de lo alternativo con los que cantaron su maxi-colaboración “(es posible)” entre abrazos y alguna lágrima. Todos juntos hicieron de la misa una consagración de las mismas que empezaron su carrera con un grupo de Whatsapp y un mensaje de “Formemos una banda de punk” y acabaron convirtiéndose en referentes del género en la capital.
El concierto acabó con la procesión de Maite, la vocalista principal, a brazos de las miles de personas presentes ante el duelo de cuerdas de Charlotte y Raquel sobre el escenario. A pesar de seguir un setlist más largo del que acostumbran a hacer en sus giras, la hora y media de concierto se quedó en nada, y se echaron de menos temas como “Me lloro toda”, “Vómito” o la viral “Fumas?” aunque pudieron desahogarse en un coro final protagonizado a pleno pulmón entre “Curso Avanzado de Perra” y “Steak Tartar”.
Sinceras y jodidas. Libres y salvajes. Shego sirvieron con voz propia, de la que sale del alma, en un mundo donde la cultura es cada vez más un producto y menos una expresión sincera. Maite, Charlotte y Raquel no tienen una cosa que decir, tienen demasiadas. Y de cada una que les moleste van a escribir una canción. Las quieras escuchar o no. Aunque afortunadamente siempre habrá una contracultura que beatifique lo que no nos enseña el colegio, nuestros padres o el estado español.
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