Actitud y desparpajo en una noche fría
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Actitud y desparpajo en una noche fría

6 / 10
Sergio Iglesias — 23-01-2023
Fecha — 21 enero, 2023
Sala — Cotton Club / Bilbao
Fotografía — David Mars

Fría noche en Bilbao y, como ya es habitual en estos tiempos postpandémicos, la competencia el sábado era brutal en lo que a música en directo respecta. En nuestro caso, la curiosidad nos llevó a decantarnos por ir a ver a Shego, que habían colgado el cartel de “No hay entradas” para su concierto en la sala Cotton Club. El primer “sold out” de la gira, tal y como reconocieron al comenzar su actuación.

Para introducir un poco a la banda, Shego son cuatro chicas madrileñas, que han revolucionado el panorama estatal con un puñado de composiciones pegadizas y efectivas que, desde el primer momento, han hecho que los promotores se fijen en ellas para incluirlas en los grandes festivales. Así que, el lanzamiento de su disco debut (previsto para el próximo mes de febrero) se ha convertido en uno de los más esperados del año.

Comenzaban el concierto con uno de sus hits más conocidos: un “Oh boi”, con aires 50´s y un recuerdo a Duncan Dhu en la letra, para, después de una breve presentación, arrancarse con “meperdOnas?”, canción de (des)amor, donde destacan los juegos de voces, que en disco están mejor ejecutados que en directo, donde tal vez se mostraron algo nerviosas, a pesar del apoyo incondicional del público a lo largo de todo el concierto. Un público que coreó a voz en grito el estribillo de “fumas?” (“Voy a follarte tan duro/que querrás más seguro/ voy a follarte tan suave/rápido ráoido/ lento lento/ rápido lento…”).

A continuación pasan a la parte más calmada del show, que comienza con “Pablo”, la versión que han realizado del “Paul” de Big Thief, (banda, por cierto, nunca suficientemente reivindicada), donde continúan los juegos vocales; la sigue “La kiero a morir”, un tema que va in crescendo hasta llegar al éxtasis final, donde la canción muere con un abrupto corte. Un original tema que precede a “Qué voy a hacer”, su último tema grabado junto a Natalia Lacunza, y donde ya se empiezan a escuchar peligrosamente los murmullos de la gente más que la música.

Parecía que la banda tenía problemas para mantener el ritmo de un concierto irregular en el que, tal vez, se notaba la inexperiencia de la banda, algo que es lo normal cuando apenas llevan un par de años en esta vorágine inesperada, en la que se han visto metidas desde que sacaron sus primeros temas. Y es que, en mi opinión, en esta mal llamada “industria”, tan acelerada y en la que todo se consume a una velocidad de locos, a veces, a las bandas les obligan a correr antes incluso de saber andar. Espero que no se tome esto como una crítica a Shego, porque no lo es, sino que es una crítica a este monstruo que estamos creando y que devora bandas al ritmo que marcan los promotores, los grandes festivales, el algoritmo y las redes sociales.Pero siguiendo con el bolo, era el momento de ir cerrando este bloque más “tranquilo”, ¿y qué mejor manera de volver a llamar la atención del público, que presentando uno de los temas nuevos que formarán parte del próximo disco de la banda? “Siendo mala”, cabaretera y oscura, con un reverb que se intuyó, pero que no funcionó en la sala, una canción con una segunda parte garagera y sucia (en el buen sentido de la palabra) que, junto al resto de composiciones nuevas que presentaron en el concierto, nos hacen albergar muchas esperanzas en el disco debut de Shego.

Cambio de tercio para pisar el acelerador con la versión de “Merichane”, que en su momento, grabaron junto a Zahara para el “Reputa” de la jienense y que se llevan a un terreno alejado de la original, pero manteniendo absolutamente la esencia y el valor de un tema más que necesario. En mi opinión, fue una de las mejores del bolo, junto a las del nuevo disco. A continuación, se ponen las gafas de sol y bajan del escenario para interactuar entre sus fans al ritmo de “La nueva ola”, apoyada en el sonido machacón e hipnótico del bajo, a la que sigue una versión del archiconocido “Pobre Diabla”, de Don Omar, llevada a un curioso registro casi blues, donde también parecen moverse con soltura.

La segunda canción del nuevo disco que nos presentaron fue “Peggy Lee”, donde se vislumbran ritmos fronterizos en otra composición oscura con un final punk… molan mucho esos cambios de ritmo, que parece que se va a convertir casi en una seña de identidad de la banda, y que también vemos en el último avance del futuro trabajo: “Estoy cachonda”. Título explícito para una canción empoderada y maravillosamente caótica, y en la que, partiendo de una intro intimista, pasan a una segunda parte con sonidos indies y coros gritones, guitarras punk, y otro apoteósico cambio de ritmo final… definitivamente, parece que el disco va a molar mucho.

Las guitarras post punk de “Lucky” nos van llevando hacia un final de concierto que se cerraba con “Vicente Amor”, dedicada “a todos los tíos que, aunque sea 2023, siguen siendo unos hijos de puta”, y que describe a la perfección al machirulo de turno, desgraciadamente tan presente en cada puto rincón, y al que Shego desenmascaran y denuncian (“Aquí han venido las zorras que más odias a gritártelo al oído”), en una canción que ya se ha convertido en el primer gran himno de la banda madrileña.

Y aunque la gente pedía un “Beste bat!”, no había más de dónde rascar, porque ya lo habían dado todo, así que, a falta de temas para hacer un bis, Shego se despidieron haciendo bailar al público al ritmo del “Dancing Queen” de Abba. Declaración de intenciones clara de una banda con un margen brutal de mejora, tal y como dejaron claro, sobre todo con las composiciones nuevas. Qué ganas de escuchar el disco completo, y de verlas de nuevo cuando hayan pulido todas esas virtudes que, sin duda, tienen: actitud, desparpajo, y la mente muy abierta.

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