Sirviéndose una copa de vino, sentado y rasgando el ukelele echaba a rodar el sosegado recital de Scott Matthew con “The Wonder Of Falling Love”, aportando además una variedad intuitiva e instrumental. Por un lado estaba el repertorio, bien escogido, mientras que por el otro se encontraba la riqueza sonora del acompañamiento del piano y bajo (por cuenta de Eugene Lemcio), y del cello y guitarra acústica (gracias a Sam Taylor). Ayudaba también la acústica del recinto y el recurrido romanticismo servido en dosis necesarias. Y es que las piezas de Matthew recorren historias de desamor, como “Duet”, pero sin arrastrar síntomas de victimismo, sólo el recuerdo de lo vivido, como en el caso de “Upside Down”. La hora y media que duró el concierto se vio inundada por canciones correspondientes –en su mayoría- a “Gallantry´s Favorite Son”, última entrega discográfica del australiano. Por supuesto no podían faltar clásicos como “In The End” o las versiones, tres exactamente, entre ellas “Only Girl (In The World)” de Rihanna, copando el bis de la noche entre bromas del propio músico, el cual se metió al público en el bolsillo desde la primera canción.
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