Optando por destacar lo más inspirado del festival gallego, debemos remitirnos sin lugar a dudas a la actuación un Iggy Pop que sigue ofreciendo el mismo show desde hace años, pero convenciendo como el primer día. Quizás las cosas acaben cambiando, aunque por el momento a todos nos sirve. Asian Dub Foundation agitaron los cimientos del Obradoiro con su habitual combinación de ritmos electrónicos, de drum’n’bass acelerado y musculado, con esas guitarras infinitas que les confieren una personalidad indiscutible. Si a eso le sumamos su particular mensaje social y político, no cabe duda de que Asian Dub Foundation están destinados a permanecer unos años en esto del mundo del rock. Dover ofrecieron su habitual descarga de rock vitaminado con la vista puesta en el heavy metal y el grunge, pero lo suficientemente lúcido para que incluso quienes no aceptan sus grabaciones se vean incapaces de ignorar sus directos. Ocean Colour Scene volvieron por enésima vez a escenarios españoles para protagonizar un show en su línea habitual, pero que acabaría por despegar para convertirse en uno de sus mejores conciertos en tierras españolas que les hayamos visto. También hubo sorpresas, como la de unos Skunk Anansie que, sin abandonar las directrices que marcan sus discos, sí fueron capaces de ir un punto más allá. Así, en esta ocasión, algo hubo para que les viésemos con otros ojos. Lo de Teenage Fanclub maravilló a unos y sonrojó a otros. Efectivos como de costumbre, la torpeza de un repertorio que parecía olvidado y algún que otro gazapo convirtieron a Norman Blake en puro entertainer y en un malabarista de la palabra. Se les han visto noches mejores, y muchas.
Otra banda que se ganó por méritos propios uno de los primeros puestos en la lista de triunfadores del festival fueron, como suele ser habitual en cualquier evento por el que se paseen, Yo La Tengo. En esta ocasión, y teniendo en cuenta las directrices de su último trabajo, dejaron que los decibelios se los llevase el viento mientras el sol aún no se había escondido. Desplegaron todos los detalles de los que les sabíamos capaces y dieron auténticas lecciones de trip-rock crepuscular como las recientes “Everyday” o “Tears Are In Your Eyes”, y con azúcar como el de “Let’s Save Tony Orlando’s House”. Canciones antiguas “Big Day Coming” o una deconstruida y larguísima “I Heard You Looking” sirvieron para contentar a la nostalgia y dar rienda suelta a ese desvarío guitarrero que tanto gusta a la juventud. En cambio, Manta Ray –también en el Doctor Music Festival- se quedaron a medias, en una actuación que se perdió en su propia densidad sin llegar a las contundentes demostraciones de creatividad con las que nos suelen obsequiar. Por su parte, Sonic Youth demostraron que siguen sintiéndose jóvenes. Especialmente por la forma tan especial que tienen de seguir jugando con el ruido y no salir escaldados. Con un pie en la vanguardia y el otro en la trastienda, su espíritu se mantiene intacto hasta el extremo de que algunos de los aspectos de su música siguen mostrándosenos de una forma casi indescifrable. Repasaron su último disco con un telón de fondo por el que pasaban imágenes de New York.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.