Puntuales se presentaron los valencianos Santero y Los Muchachos frente a un público mayoritariamente de la generación que llenaba las calles en los días de los Flying Rebollos, Platero y tú o Dinamita pa los pollos, ávidos de escuchar rock actual. Los hermanos Escrivá y sus secuaces empezaron el show al ritmo setentero del bajo de “Complicado”, canción de su álbum doble "Royal Cantina". Siguió “Ojos pardos”, muy al estilo de Fito. Los lugares comunes del rock, tanto en la estética (pantalones de campana Lois, botas, tatuajes, sombrero) como en las letras (amores, fracasos, carreteras, piernas largas, botellas) los actualizan de una manera orgánica y natural sin caer en ningún momento en el aburrimiento. Al contrario, el show lo tienen calculado al milímetro para no dejar de sorprender, incluso desde el punto de vista artístico: alfombras en el suelo y barra de bar al fondo como elementos que no solo decoran sino que también darán dinamismo según se vaya desarrollando la actuación.
Con un sonido totalmente empastado fruto de años de trabajo, continuaron con “He de olvidarte” del álbum de 2019 "Rioflorido". Miguel Ángel Escrivá canta y declama con un estilo muy personal sin perder el compás con su bajo, mientras las dos guitarras, batería y teclado se compenetran perfectamente haciendo uso de coros y armonías vocales como pocos. El público se empezó a animar con los “uoohhhhh” que introducen la western “Homenaje” para caer rendidos frente a la preciosa “Dragón”, con unas armonías dignas de los mejores Jayhawks.También con un gran protagonismo de la guitarra acústica sonó “Sheriff” siguiendo la estela de Tom Petty para posteriormente acercarse a los Secretos con “Ventura”, en la que el músico de apoyo, tan parecido al actor Timothée Chalamet, cambió teclas por guitarra. En la bonita “Algo más” pasó de guitarra a bajo mientras Miguel Ángel cogió la pandereta y ya con “Amigo infiel” demostró que además se mueve con la misma soltura felina que Jagger.
El concierto continuó en la barra que decoraba el fondo del escenario, con la gran “Brindis escoba”. Luego invitaron a las dos primeras personas que compraron las entradas a tomar un trago en la barra mientras el grupo tocaba en acústico “Carretera del Saler”. Miguel Ángel empezó con la guitarra cantando “No te despidas nunca de México” y los demás se le unieron en torno a un micro haciendo armonías como si fueran un Barbershop Quartet, mientras tomaban un trago. En la misma onda mexicana y con la progresión de acordes de La bamba tocaron “Día de muertos” para volver al sonido más country con “El perdedor” y la infalible “Volver a casa”. Con una intro muy de Fleetwood Mac empezó “Estamos bien” y tras dicho tema, abandonaron el escenario dejando atrás a un público totalmente entregado.
Para el bis dejaron la emotiva “Octubre” y “Sálvame de mí”, sacando un último as de la baraja al terminar bailando breakdance sobre las alfombras al ritmo de “Walk this way” de Run DMC/Aerosmith y dejando a todo el mundo boquiabierto.
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