Feliz Navidad, Gora Mendillorri
ConciertosFestival Santas Pascuas

Feliz Navidad, Gora Mendillorri

8 / 10
Carlos Navas — 28-12-2023
Empresa — Festival Santas Pascuas
Fecha — 25 diciembre, 2023
Sala — Zentral
Fotografía — Javier Escorzo

Iruñea, 25 de diciembre. Panorama desolador en un casco viejo vacío hasta un punto fantasmagórico y acechado por un frío seco y cruel. Hasta que te acercas al Zentral, claro. Parece que cada año se consolida más esta fecha, una de las más potentes en el cartel del Festival Santas Pascuas, y en la sala confluye un curioso público entre los habituales, los curiosos, las cuadrillas y las familias. Esta vez el público es especialmente joven, y no por casualidad: hoy toca Ben Yart, el inclasificable estandarte de Mendillorri, un artista con un magnetismo y un poder de convocatoria que por momentos parecen inagotables.

Los entrantes pintan casi igual de bien que el plato principal. Van a cubrir las primeras horas Safu, artista emergente originaria de la Rotxapea y uno de los descubrimientos del año en cuanto a géneros urbanos se refiere, y Raimundo el Canastero, la cuadrilla rumbera que lleva haciendo ruido un par de años desde Estella.

Sobre el escenario Safu desborda confianza y hambre; prácticamente igual que en el estudio. Si que es verdad que el show se afea por momentos a causa de un sonido algo turbio y con problemas de volumen y autotune; hasta el punto de que en mitad de "Cikatrices" -el temazo del año de la de la Rotxa y probablemente su track más icónico hasta la fecha- deciden apagar el plugin y defender la canción al natural. No parece mayor problema; a partir de aquí la sala ha ido llenándose hasta aproximadamente la mitad de su capacidad y Safu ha conseguido -poco a poco y pico y pala, la verdad- que el público menos afín se vaya acercando tímidamente al escenario. El resto del concierto se desarrolla con naturalidad, marcado por las intervenciones de las varias -muchas- bailarinas que acompañan a la artista y los invitados que van pasando por el escenario. Dos tercios de Los Payos (faltaba Puk) y Martains -responsable del hit semi-viral del verano, “Villabesa”- subieron a defender sus respectivos temas con Safu: la reciente “Squad” y “Cuentas pendientes”. Safu también aprovechó para presentarnos sobre el escenario a un artista al que según ella debemos seguir muy de cerca, Kukaddy: “Va a ser muy grande, dadle un par de vueltas”.

Safu cierra su show con una acapella melódica antes de despedirse y que la noche transicione, un poco a trompicones, a un formato con más bien poco que ver. Los 808s dejan paso a las palmas rumberas y una miríada de integrantes de Raimundo el Canastero abarrota el escenario para seguir la cita con una propuesta enérgica y sencilla. Una mezcla inteligente de temas propios y versiones de clásicos rumberos que no quiere (ni puede, honestamente) inventar nada nuevo pero parece conectar sin mayores complicaciones con el público, con más ganas a estas alturas que a las siete y media de la tarde. No parecería que la selección de temas derivaría en una balada, pero hay un momento sentido y simpático en el comienzo de “Ojos de Hachís”, perteneciente a "N.T.E.R", el primer álbum del grupo. También hay, para sorpresa de nadie, mucho coreo cuando suenan las versiones -no especialmente rebuscadas- de Los Chichos, Los Chunguitos o Los Delinqüentes. Del álbum de Raimundo también escuchamos “Homenaje”, junto al mítico Moisés No Duerme (“el tío Mosto”, que le llaman sobre el escenario). La banda despide hoy a uno de sus integrantes, y solicitan la ayuda de la sala para cerrar el concierto con un momento emotivo con el público agachado.

Ben Yart lleva un tiempo presentando su primer largo, “Ceros” (Oso Polita, 2023) con un formato con banda en vivo que no he tenido ocasión, y confesaré que me apetecía muchísimo. Hoy no va a ser el caso, pero tampoco se va a echar de menos. Ben Yart se acompaña de Mr Worth, instrumentista y compositor con el que ha estado trabajando recientemente -es responsable, por ejemplo, del monumental “Ceros” y que hoy ejerce como de DJ, corista, hype man y prodigio general del entretenimiento. Con una energía desbordante en el micrófono, jalea y provoca al público mientras suena lo que asumo que es un reggaetón inédito mano a mano con la bonaerense Six Sex (buenísima pinta, no voy a mentir).

Ben Yart suena enorme e igual de melancólico y onírico que siempre en “Por qué me habré metido tanto Spiz”, antes de presentar su nuevo merchandising, que incluye estampitas de “San Benito” y llaveros que reparte entre el público más entregado de las primeras filas. Habíamos pedido el repertorio del concierto al artista con algo de antelación, pero el de Mendillorri nos explicó que su show no utiliza setlist: de vez en cuando, entre canciones, vemos a Benito acercarse al portátil de su compañero de escenario para elegir juntos con rapidez y complicidad el siguiente paso.

Sé que ya he mencionado la energía y el papel multitarea de Mr Worth en este concierto, pero me voy a permitir insistir porque, de verdad, es uno de los highlights y aciertos más evidentes de la propuesta de directo. No se echa nada de menos una banda cuando tienes a este tipo desgañitándose en los coros, alargando fraseos de Benito con un autotune delicioso y disparando ad-libs como un descosido.

“Ceros” entra como una apisonadora. Ben Yartse ha disculpado antes de comenzar la canción por “tener letras tan complicadas que a veces hay que leerlas”, disculpa innecesaria porque interpreta el tema sin ninguna traba y con un aplomo a la altura. Hay algo irónico al escuchar la última vuelta (a grito pelado) de esta canción, tan relacionada con los problemas y los choques de clase, a la luz dorada del fastuoso árbol de navidad que preside la barra de Zentral como vigilando el espíritu navideño de los asistentes.

Hay alguna flexión marca de la casa durante “Contra la pared” antes de que Benito presente formalmente a Mr Worth con una versión hard rock de “Pobre Diabla” de Don Omar, con coros que rozan lo gutural para sellar un momento inesperado e indomable. Suenan también, por supuesto, las predilectas de los fans “Mañaneo” -poco que comentar- y “No Se K Me Pasa”, a la que Kiliki Frexko llega por los pelos de entre el público y en la que los bombos parecen rebotar como nunca. Ben Yart empalma, tal vez de manera predecible, las delirante “Me Keke Kedau” y “Congelador”, de su inolvidable mixtape “Pitxu en casa”. "Barriobajero" suena tan sentida como debería, y en "Drogolegas" Benito saca su lado más teatral, con fraseos y voces que a veces parecen más cine que música. Hacia el cierre del repertorio aparece la festiva “Popper” y vuelve a sonar "Barriobajero." Parece que en las primeras filas se amaga la formación de un pogo que Ben Yart corta rápidamente: “Por favor, no hagáis pogo en "Barriobajero". Espera, que ahora pongo hardcore. Gora Mendillorri, feliz navidad”. No mentía: después de que suene “Numa Numa Ye”, la juntera marciana de Ben Yart y Cecilio G, Mr Worth clausura el show con una versión hardcore (¿Nightcore, tal vez?) de “Nike Tiburón” de Los Alemanes durante la que, esta vez sí, se permite el pogo.

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