San Miguel Primavera Sound, segundo round

La segunda jornada del festival dejó, aun más patente si cabe que la primera, la rotundidad del éxito de convocatoria entre el público indie y muy especialmente entre los venidos de fuera, a la par que pone sobre la mesa interrogantes sobre la posibilidad de crecimiento de un recinto que esta vez si parece haber tocado techo.

Pero aglomeraciones a parte, los que a buen seguro estaban encantados eran los encargados de inagurar el escenario grande del Festival. Pocas veces habrán tocado Avi Buffalo ante tantas personas, y pocas veces se les habrán visto tanto las costuras a su propuesta. Con un pie en el pasado colocando a Neil Young en un pedestal y otro pie en el presente con Wilco en un horizonte muy lejano, los de California lo intentaron y pese a interpretar temas voluntariosos como “What in it´s For” o “Remember The Last Time” no acabaron de desprenderse de esa sensación de no alcanzar el músculo que tan bien le vendría a sus canciones. Tras estos fueron The Fiery Furnaces los primeros en demostrar un par de cosas: que siguen siendo unos perros verdes de difícil clasificación, y que su directo poco se corresponde con lo ofrecido en sus discos, pues con una base rítmica muy contundente, se dejaron las sutilezas en casa a la hora de revestir de sonido la voz de Eleanor Friedberger, que se presentó en el escenario como si de una remodelada versión de Patti Smith se tratara. No muy lejos de allí Tennis daban la razón a los que piensan que su disco de debut se ha sobredimensionado un poco, lo cual no quita que la voz de Alaina Moore, fuera capaz de llenar por si sola todo el escenario, y que su pop pizpireto nos diera un respiro tras la rotundidad de los Furnaces.

Y ¡por fín! la primera gran cita de la tarde. M. Ward, debería haberse hecho dueño del protagonismo de la segunda jornada, pero no fue así. Ya desde el inicio con “Sad Sad Song" pudimos comprobar que su garganta estaba muy maltrecha, y que ese hándicap iba a lastrar una actuación que, pese a ser voluntariosa, no llegó a las cotas que el estadounidense suele alcanzar. Y eso que el repertorio fue un repaso por alguna de sus mejores composiciones como “Poison Cup” o “Chinese Translation”, además de regalarnos versiones de Daniel Johnston (“Story Of An Artist”) y Chuck Berry (“Roll over Beethoven”), para posiblemene hacernos olvidar con algo de rock’n roll clásico que al menos durante esa tarde no podría estar en plenitud de facultades. Mientra eso sucedía en el escenario grande, Wolf People se adueñaban, con cotundencia y tablas, del escenario ATP gracias a a su rock setentero y duro inspirado en los clásicos, a la par que una verdadera riada humana se hacinaba en el escenario Llevant para poder presenciar la actuación de unos The National que hubieran merecido el mayor de los escenarios. Matt Berninger demostró que una voz de crooner malogrado y una aparencia de gentleman impecable, no está reñido con ofrecer directos viscerales e incluso una actitud algo punk. Estaba claro que "Bloodbuzz Ohio" o "Terrible Love" serían algunos de los momentos claves, aunque no pensábamos que veríamos a Sufjan Stevens acompañarles en el escenario o que Berninger acabaría lanzándose al público, micrófono en mano. Y el Llevant entero respondió.

Aunque también conseguimos ver la actuación de Ariel's Pink Haunted Graffiti, una de esas formaciones que se ponen en boca de todo el mundo gracias a ese excelente disco que es “Before Today”, pero que pocos han visto en directo. Un terreno en el que las influencias glam setenteras que van de David Bowie a Roxy Music, pasando incluso por el pop discotequero de los Bee Gees o el soft-rock de Hall And Oates se hacen más que evidentes. Lástima que al sonido le faltara esa contundencia que, a unos pasos de allí y con unos mimbres muy similares, sí estaban logrando los Incarnations de Bart Davenport. Tras estos tocaba situarse para unos Belle And Sebastian, que protagonizarían un bolo sin sorpresas, muy similar al que ofrecieron hace unos meses en su vista al BAM barcelonés, mientras que otros veteranos como Low daban una verdadera lección de como manejar el tempo a su antojo, estirando los temas de forma suave y sedosa, logrando esos ambientes tan místicos como inapropiados para ser presenciados en un escenario que se convirtió en un autentico “cul de sac”, dada la afluencia de público y la imposibilidad de escapar por los costados. Echaron mano de temas como “Nothing But Heart” o “You See Everything” de “C’Mon” su útimo y loado trabajo, y pese a lo voluntarioso que resultaba dejarse llevar por su música en semejante condiciones , lograron con éxito mecernos sobre sus notas. Otros que no solo nos mecieron sino que literalmente nos zarandearon, fueron los tejanos Explosions in The Sky, los cuales sacaron toda su artillería gracias al excelente trabajo de coordinación y superposición de sus tres guitarras, innigualables a la hora de lograr un trenzado en los punteos y trabajar el crescendo hasta alcanzar esa explosión a la que hacen referencia en el propio nombre de la banda. Con gritos de "hagamos explosionar el cielo" y "el mar es nuestro", el grupo puso patas arriba el escenario Ray-Ban y dejó a más de uno y de dos conmocionados.

De nuevo, riada de gente encaminada a una de las reuniones más esperadas de este PS: sin duda se trata de Pulp. Mirases donde mirases, hordas de festivaleros inundaban el escenario San Miguel y más allá. Jarvis Cocker, muy inglés, pidió permiso para deshacerse de su pulcra chaqueta y corbata, y empezó el recital de hits de "Different Class", como "Pencil Skirt" o "Disco 2000". Después, la intensidad se diluyó lentamente para volver a remontar con los bailes serpenteantes de Cocker, su cámara de vídeo en "Spy", la interacción con el público y finalmente, dedicar "Common People" a la #Spanish Revolution y a los indignados, aunque "no voy a fingir saber muy bien qué pasa, he visto lo que ha pasado hoy", aseguraba. Así, con todo el público coreando este himno generacional, se despidieron Pulp; solo para regresar minutos después con "Razzmatazz". Un encuentro de nuevo con el festival que en 2002 les vió despedirse y que, ahora, les saluda de nuevo en este inicio de gira.