Sirviendo coño

Se abre el telón: aparece la reina de los bajos fondos. ¿Cómo se llama la película? “AOVE Black Label”, la nueva gira de Samantha Hudson –artista multidisciplinar y reciente ganadora del MTV EMA a Mejor Artista Español 2023–. Conocida por la excentricidad y la repugnancia, la leonesa crecida en Mallorca aterrizó el sábado pasado en la sala Razzmatazz de Barcelona para presentar su tercer elepé con un espectáculo arrollador que fue anticipado por los altísimos decibelios de un DJ set previo abrazando la estridencia del hardcore makinero más retumbante. Avanzada por tres bailarines semidesnudos que dieron comienzo a una extraña performance de movimientos estrafalarios al ritmo de una instrumental in crescendo caldeando el ambiente, la autodenominada “Bad Bitch Samantha” emergió de las tinieblas atendiendo los vítores de un público extasiado que no paraba de aplaudir. Vestida con un provocador conjunto de cuero que dejaba entrever toda la piel posible, incluyendo dos guantes de motero sujetando sus pectorales, Hudson inauguró la velada cantando las enérgicas “Vodka Redbull”, “Adicta al sonido” y “Otra vez” mientras la enorme pantalla trasera pasaba de la icónica dentadura como portada a imágenes generadas con inteligencia artificial de estética dosmilera. Claramente siendo un show hecho por y para la generación Z, infinidad de referencias a la cultura popular contemporánea complementaron el discurso político-ideológico, polémico y deslenguado (por supuesto) que dio entre canción y canción asegurándose la compenetración con los fans, ansiosos por encontrar en su ídolo una conexión de entendimiento mutuo. “Chula” y “Es lo que hay” fueron la evidencia.

A grandes rasgos, la escenografía era un tanto pobre. Salvo por los visuales en pantalla, las luces RGB y los bailarines, el artefacto dispuesto no destacaba demasiado, por no decir nada. Tampoco creo que hiciera falta algo más elaborado teniendo en cuenta el petardeo consecuencia de ser una mamarracha; su actitud y declaraciones podrían gustar más o menos, pero estaba claro que España no recibía a alguien tan alérgico a ser políticamente correcto desde hacía mucho tiempo. En el “os agradezco mucho que entendáis lo que hago” voceado se pudo comprender el impacto que ha tenido. El clásico “Maricón” junto a ”Dulce y bautizada”, “Perra” y “Demasiado coño” de “Liquidación Total” (21) siguieron la descocada interpretación antes de cambiar radicalmente el rumbo hacia una segunda mitad llena de sensibilidad en la que sonaron “Peluchito” o las inesperadas versiones propias en acústico de “La Bebe. Remix” y “Tenía tanto que darte”. A lo largo del bolo y, especialmente en esta parte, Samantha aprovechó el tiempo para entablar conversación con la multitud presente al mismo tiempo que reivindicaba la importancia que han tenido algunas personas en su vida. Tras cantar “Pensando en ti” recordando relaciones pasadas, mostró su cariño a Gemma del Valle –su mánager y una de las piezas clave de Subterfuge Records– a través de la canción que sirvió de nexo entre ambas; “Hazme el favor (vente conmigo a bailar)” en catalán. También le dedicó algunos minutos a su abuelo homófobo, elogiándose a sí misma. “Ojalá hubieras visto en lo que se ha convertido tu nieto”, dijo.

Pese a un par de fallos técnicos hubo momentos muy emocionantes; poner de manifiesto la opresión que siguen soportando las minorías favoreció la creación de un sentimiento de hermandad y cohesión inmejorable. Sobre todo porque tuvo tiempo para ensalzar su faceta activista soltando un “¡¿de qué coño tenéis que quejaros pijos de mierda?!”, refiriéndose a las últimas manifestaciones que se han llevado a cabo en Madrid (donde se han podido ver símbolos fascistas). Obviamente, la pregunta retórica no podía ir sino acompañada de “Por España”. Acumulando millón y medio de reproducciones, el tema incluido en la banda sonora de la película “¡Corten!” (21) cerró “la reunión de pronombres” –como decía ella– de la forma más alocada posible: tirándose por el suelo y zarandeando la melena. Hizo que el alboroto llegara a su pico porque después de eso las siguientes palabras pusieron fin a la brillante rave LGTBIQ+ que aconteció: “La forma más sencilla de ser auténtica es no ser de ninguna forma concreta. Que todo lo que hagáis sea desde el alma y con el coño. ¡Que os den por el culo!”.