Sam Amidon, la grandeza de las pequeñas cosas
ConciertosSam Amidon

Sam Amidon, la grandeza de las pequeñas cosas

8 / 10
Jorge Ramos — 05-05-2011
Empresa — Heineken
Sala — Costello, Madrid
Fotografía — Carla Mir De Francia

Modulando tesituras equidistantes entre el Paul Simon de "April Come She Will" y el Nick Drake de "Day Is Done" (bien mirado, lejanas a su vez entre sí), íntimo y gamberro, genialmente relajado de principio a fin, el joven Samuel Tear, hijo de miembros de Word of Mouth Chorus, comparecía en Madrid como parada de la gira de presentación de su nuevo álbum, "I See The Sign". Joven, pues los nacidos en los ochenta siempre lo serán a ojos de quienes ya gestionamos décadas confusamente. Y precisamente con una rotunda versión de "I See The Sign" comenzó cobrar forma la sensación de que la velada era importante. La canción que da título al cuarto disco del músico de Vermont, que es de los que bromean como si nada mientras acto seguido te pillan con la media sonrisa para clavarte un cuchillo, anticipó que la cosa iba de repaso integrador de las tradiciones folk culta e indígena. Quizá un repaso descacharrante, incluso desmitificador, pero mejor presta atención, tú que estás al final de la barra ensanchando el diámetro de tu red, o te perderás momentos que raramente se presencian por estos lares. Momentos como el de la comunión creada en "Way Go Lily", en el que se fundía cualquier distancia respecto al escenario. Como el de la súbita y controlada explosión de energía de "You Better Mind", en el que nadie echó de menos la voz de Beth Orton (cada día que pasa, un poco más anodina). O ese amago de cierre con el falso espiritual "Climbing High Mountain", empalmado a una versión de "Relief", del curioso R. Kelly, a quien Tear describió en un derroche de inventiva como el Dylan de nuestros días (definitivamente, podrían llamarte cosas peores, dijo una vez Conor Oberst). Todo interpretado con banjo y guitarra y enriquecido traviesamente por el bajo y la batería de Aaron Siegel (el amigo llegó a tocar ambos instrumentos al mismo tiempo). No por inesperada, una bonita muestra de lo grande que a veces puede llegar a ser un concierto pequeño.

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