La edición 22ª del Rototom Sunsplash 2015 abrió sus puertas a los asistentes con ligeras variaciones: no se programaban conciertos en la carpa Ska y el área dancehall, por lo general, no pinchaba música dancehall. La zona “Jumping”, con sonidos alejados de la genuina isla caribeña, fue otra novedad más bien innecesaria y superflua de esta edición que suponemos no estará el año que viene. Fueron pues el Showcase y el Main Stage los principales escenarios donde se desarrolló el festival.
Abrió el festival el tributo a Bob Marley (figura siempre presente de alguna u otra manera en el festival) de Junior Murvin y su propia banda, que al menos se alejó de las manoseadas y recurridas canciones del Legend. Le siguió el francés Naaman, que presentaba un álbum más cercano a la cultura jamaicana en sonidos y mensaje que a la de su propio país, llegando al punto de cantar en dialecto jamaiquino. Seguidamente, el escenario principal se llenó de dancehall con las actuaciones de Popcaan, joven promesa de este género que no destacó del todo, y Super Cat, vieja gloria de finales de los ochenta y comienzos de los noventa que hasta la fecha no había tocado en Europa. La apertura de la segunda jornada corría a cargo de Josey Wales&Brigadier Jerry& Lloyd Parks&We the People Band, presentando roots clásico pero fresco, algunas veces monótono pero siempre contundente, aunque con un final muy mejorable. Más tarde, el esperado concierto de Hollie Cook, que a pesar de su sonido muy fiel a su trabajo de estudio no logró superar las expectativas. En paralelo, teníamos a unos motivados Malaka Youth en el Showcase presentando su nuevo disco “Te doy mi fuego” y algunos temas nuevos que sonaron redondos. Más tarde algo de rap y funky cañero con Rootwords: buenos músicos y mucho rollo. En ese sentido también contábamos con la actuación de los sardos Train to Roots, que salieron a escena con una potente intro, resultaron ser precisos y dinámicos (a pesar de algunos problemas técnicos a la batería) y dejaron el Showcase repleto de gente ya por los últimos temas. En la otra punta del recinto Chambao dio un espectáculo enérgico y de buen gusto con un público numeroso y entregado que dejó a la artista como una de las mejores de todo el festival. Esa noche el revival roots reggae de Jah Cure cerró el escenario principal con un concierto correcto y potente.
Al día siguiente noche interesante tanto para los amantes de lo más añejo y clásico –The Pioneers (que superaron las expectativas) –como para aquellos absorbidos por este pseudofenómeno de masas llamado Major Lazer. Con la excusa de ese deje dancehall y tuffgonero, la aparición de esta formación en cartel dio pie uno de los mejores y más espectaculares conciertos de toda la edición. Pero se vio un poco el plumero: el concierto contó con unos recursos y unas facilidades que daban a entender la previa planificación de su éxito. Sinceramente, en contraste a este, el resto de conciertos resultaron algo descuidados cuando los medios y las estructuras estaban disponibles. Al margen, esa noche el escenario pequeño vibró con el ska-jazz de The Gramophone All-Stars, banda barcelonesa con carácter de big band que hizo un despliegue tremendo de vientos, técnica y ritmo. Ese lunes tampoco nos podemos olvidar de Bunny Wailer en el escenario principal, miembro del trío más legendario de toda la música reggae que hizo aparición en el escenario con Rastaman Chant y tocó algunos temas propios y de los Wailers. En la Dub Academy estaba el sound system británico Mungo’s Hi Fi con la compañía de Charlie P, ambos figuras imprescindibles de la cultura sound system europea del momento. Mucho toasting, rub-a-dub y frecuencias graves. Algo que también tendríamos al día siguiente de la mano de Blackboard Jungle con Sr. Wilson; cita a la que falló Mr. Williamz, del cual no se dieron muchas explicaciones. Aquí y en el escenario principal durante el homenaje a R. N. Marley pudimos ver que el catalán Sr. Wilson es un cantante todoterreno, que se adapta a todo y que todo lo sabe hacer bien, con estilo.
La noche del martes comenzó con el exGladiator (mítica formación de los años setenta) Clinton Fearon, el cual hizo vibrar al público con su versión renovada de The rich man poor man. A continuación una gran representación de África (la cual suele estar muy presente pero no siempre musicalmente) de la mano de Sierra Leone’s Refugees All Stars, con algo de reggae roots y mucho african beat y, desgraciadamente, una formación mucho más pequeña de lo normal que le quitó riqueza. De la escena local castellonense teníamos a Paupa Man y Bambirling Sound pinchando en el Juanita Roots. Y si volvíamos al escenario principal nos encontrábamos con ese “reggae para gente que no escucha reggae” de Morodo, el cual contaba con una banda que sonó profesional y contundente y con la que tuvo un concierto decente. La gran decepción de la noche vino con Barrington Levy: concierto aburrido, juegos con el público que no funcionaban y un directo que no se basaba en tocar sus canciones sino en “otra cosa”. Ni sus temas más conocidos consiguió hacerlos funcionar (sólo Poor man style). Quizás esto forma parte de cómo plantean los artistas jamaicanos sus conciertos, pues lo vivido con el señor Levy también fue similar con Capleton; esto es, muchas interrupciones, exceso de pull-ups y de apelaciones al público, etc. Más artistas dancehall en el Main Stage al día siguiente con Cham, a lo que siguió la excorista de Tanya Stephens Shuga, cuyo roots de nueva ola destacó en el escenario principal. La duda nos asalta con el tercer concierto de la noche, Kiril Dzajkovski acompañada de Mc Wasp y Tk Wonder, que presentó una amalgama de drum&bass, dancehall y música balcánica que desentonó bastante con la tonalidad general del festival. No terminó de encajar en el Main Stage. Como tampoco lo hizo la música de Capleton, que más empeñado en recomenzar cada canción una y otra vez, acallarlas para poder jugar con el público y otras ortopedias, se olvidó de tocar sus temas roots y dancehall con la agresividad y voz versátil que él tiene. Para ver algo decente nos tuvimos que ir al Showcase con Sara Lugo, la cual estuvo impecable. Esa bandaza –Next Generation Family –la veríamos también con el alemán Ube Banton al día siguiente.
Y es que Bad Manners, acostumbrados a un nivel un tanto pobre en ese escenario, protagonizaron el concierto más cachondo, desenfadado y divertido del jueves (sino de la semana). Tuvimos también conciertos correctísimos con los italianos Africa Unite, con un despliegue instrumental importante y el final del concierto en clave ska; género que al mismo tiempo en el Showcase Los Granadians del Espacio Exterior mezclaban con rocksteady y reggae psicodélico de primera. La noche en el escenario principal se cerró con un bonito aunque mejorable homenaje a Bob Marley donde participaron artistas como Roberto Sánchez, Mala Rodríguez (de la cual se podría haber prescindido), Sr Wilson, Amparo Sánchez, Salda Dagó y Payoh SoulRebel. Increíble también las coristas, que abrieron con Punky Reggae Party y cerraron con Natty Dread. Las últimas dos jornadas del festival estuvieron marcadas sobre todo por las extravagancias del esperadísimo Lee Scratch Perry y la controversia y polémica del artista estadounidense y judío Matisyahu. El primero dio un concierto extraño, directamente proporcional a lo extravagante de su persona y su vestimenta. Habiendo visto antes el estreno en exclusiva del documental Lee Scratch Perry’s vision of Paradise el concierto no podría haber sido de otra manera. La actuación del segundo estuvo circundada de protestas por unos y por otros, y por una actuación del festival Rototom Sunsplash que aún no se comprende, pues terminó enfadando a todas las partes enfrentadas. A pesar de la pitada, las banderas de Palestina y alguna botella arrojada al escenario, el polémico artista –con algo de ayuda del volumen –no se dejó vencer por las circunstancias llegando incluso a lanzar un mensaje de paz y reconciliación. Ahora bien, las ambigüedades, dobles caras y no posicionamientos en un festival tan comprometido en causas tan concretas no se pueden permitir en ningún caso y por parte de nadie. Por otro lado, también fueron protagonistas del fin de semana unos esperados Aswad que resultaron estar en baja forma, los vascos Green Valley (con la breve participación de Rapsusklei) y los hermanos italianos Mellow Mood, que participaron ese día en el Reggae University a raíz de proyecto de Paolo Baldini, en el Main Stage con un concierto divertido y de calidad y al día siguiente en la Dub Academy en formato Sound System y rodeados de otros colegas. Esa noche teníamos también la participación en el Showcase de Amparo Sánchez, el japonés Moisty Atsushi con su disfraz de tigre y su ska selecto y el cantante Roe Delgado, acompañado de la banda Baboon Roots.
Concretamente, el último día pudimos disfrutar de una de las mejores voces del panorama reggae internacional con Etana, del roots&culture potente, legendario y aún contundente de The Uprising Roots y de la calidad y buen hacer de Protoje, que remató su óptimo concierto con unas coristas (y una banda en general) excepcionales y con un acto pictórico en directo. Después de la enérgica actuación de Matisyahu salieron a escena Soldiers of Jah Army, que bajo ese nombre tan combativo nos encontramos con una banda de reggae edulcorado más próxima al formato de superbanda del rock que a otra cosa, y que cerraron el festival con una de las más completas e intensas actuaciones de toda la edición –incluyendo batucada, solo de batería virtuoso, sección completa de percusión, el bajista haciendo el helicóptero con sus rastas, etc…
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.