Como un paraíso en mitad de la capital española, el Río Babel 2023 ofreció este fin de semana tres días de artistas para todos los gustos que nos hicieron olvidar el calor. La Caja Mágica madrileña dejó de lado las raquetas para acoger un cartel con artistas internacionales como Juan Luis Guerra 4.40 o Jamiroquai a la cabeza, además de propuestas de la escena indie española como Sen Senra o Alizzz.
Con un público variopinto, que fue mutando conforme a los cabezas de cartel de cada jornada, el festival nos brindó muy buenas sensaciones: fácil acceso, correcta organización y oferta de stand-ups cómicos para amenizar con una sonrisa las tardes de asfixiante calor.
Sen Senra
El Peugeot 205 del gallego Sen Senra hizo su primera parada en Madrid con un pequeño coro a sus espaldas y sus eternas ganas de romper los moldes. Los temas del nuevo álbum 'PO2054AZ' – matrícula del coche de su padre – derraparon de manera magistral por el escenario principal. Sonido bien tratado y sentimiento en forma de una voz que, pese a los efectos de autotune que acostumbra, siempre cuida al detalle.
Álvaro Díaz y Julieta Venegas se le sumaron en sus respectivas colaboraciones: “No todos los días se canta con tu cantante favorita”, anunciaba un Sen Senra que ponía el broche final al atardecer con Da igual lo que opine la gente. Fue con esta versión coral que llegó el fin de este viaje que reflejó ese “ADN Senra” a la perfección: meticuloso, angelical y brillante.
Julieta Venegas
Siguiendo el destello de la ribera de este río, encontramos, sin apenas dos minutos de descanso, a la clásica Julieta Venegas. Voz delicada y canciones a rebosar de la ternura y la nostalgia que caracterizan a la mexicana. Turnándose entre acordeón y teclado, completó la puesta de sol con su inmortal "Limón y sal" coreado por un público cuyo cariño se ganó por completo. Un caudal de sensibilidad y ternura que nos dejó fascinados.
The Guapos
Pese a que el sonido no fue excelente y tardaron un par de canciones en alcanzar su máximo esplendor, el grupo de Leiva, Adán Jodorowsky, El David Aguilar y Jay de la Cueva terminaron haciendo bailar el Boogaloo a feos, guapos y cualquier ser que al show se acercara. La banda consiguió hacer del rock setentero un género de rabiosa actualidad y plasmar, con sus trajes blancos impecables y chulería irreverente, su única premisa y promesa: divertirse.
Con sus solos en guitarra de plata, Leiva hizo volar por los aires todo el repertorio del grupo; incluido un Mis amigos del rock que, aseguro, gana mil años de vida sobre el escenario. Sugerentes y provocativos, rebeldes y presumidos, el grupo de mezcla méxico-española sedujo con su propuesta de sonido vintage hasta al último de los presentes. Definitivamente, The Guapos han llegado a nuestra ciudad para quedarse.
Guitarricadelafuente - Foto de Vera Valentín (cedida por la organización)
Conociendo Rusia
El rumbo del primer día del Río Babel continuó con el torrente de los colombianos Morat y una última marea de pop-rock latino de la mano de Conociendo Rusia. Los argentinos dejaron claro su cariño por España – disculpad la sobredosis de países – con sus relucientes versiones en vivo de "Cabildo y juramento" o "Jaula de oro". Esta última, por supuesto, escoltada por Leiva, junto con el que su "30 años" sonó para la eternidad y cerró las puertas de la primera jornada festivalera.
Mr. Kilombo
Con los ritmos pegadizos y animados de Mr. Kilombo nos zambullimos en un segundo día de festival repleto de movimientos de cadera y compases multiculturales. Como ya anunciaban los colombianos Aterciopelados, una jornada arremolinada entre “latinos y españoles” que contrastaba con el público más escueto y selecto del viernes.
Entre la sonrisa perpetua de Miki Ramírez y su pasión por conectar con la multitud, el concierto de Mr. Kilombo fue un regalo de estribillos y energía radiantes. "En plena calle", "Cortocircuitos" e incluso su recién estrenada "Palabrería" retumbaron entre pies inquietos en estos sesenta minutos de concierto que el artista estiró hasta sonar invencibles.
Guitarricadelafuente
Los rápidos dejaron entonces espacio a un cauce sonoro más tranquilo – aunque no por ello menos emocionante – con Guitarricadelafuente. Con una banda acorde a esa dualidad entre costumbre y frescor, contrabajo, teclados y percusión se fundieron en un escenario presidido por una piedra gigantesca que me intrigaba y serenaba a partes iguales. Lafuente logró hacer fluir los sonidos más “new wave”, electrónicos y distorsionados, con sus raíces aragonesas en "Mil y una noches" o "Agua y mezcal". Tradición e intimismo en la gran pantalla que encajan a la perfección con el carisma del cantautor.
Juan Luis Guerra 4.40
Permitidme que utilice mis palabras de persona nacida en el siglo XXI para describir este espectáculo: flipé mucho. Aunque no fui la única: ninguna de las 18.000 personas que vivió aquel paraíso dominicano pudo parar de bailar en casi 2 horas de concierto que se sintieron como unos cuantos minutos. A sus 66 años, Guerra convirtió Madrid en una fiesta merengue, salsa y bachata de todos los colores.
Su "Rosalía" despertó a un Caja Mágica que, convertida en pista de baile, cruzó el "Niágara en Bicicleta", pasó por "Fukuoka" y se emocionó con "Estrellitas y duendes". Dicen que la música hace sincronizar el pulso de quienes la escuchan. La noche del sábado, el corazón de España, Venezuela, Colombia, Perú y toda Latinoamérica latía al unísono: 4.40 revoluciones por segundo. En algún momento del show llegué a pensar qué pasaría si una nave extraterrestre aterrizara en ese instante sobre la Tierra. Sin duda, se habrían unido al baile. La conquista marciana puede esperar.
Jamiroquai - Foto de Ainhoa Laucirica (cedida por la organización)
La M.O.D.A.
Ni el calor sofocante ni la tormenta inoportuna pudieron evitar que el folk de los de Burgos hicieran suya la capital el domingo. Dos canciones hicieron falta para que todo Río Babel estuviese gritando sus himnos. Una cascada irrefrenable de “temazos” protagonizadas por siete artistas que viven cada concierto como si fuera el último. “Nos sentimos la banda más afortunada del mundo” gritaba David Ruiz (vocalista), secundado por el afecto de una pista que se ganaron con su humildad y encanto. Difícil no sentirse como en casa con estos chicos.
Arde Bogotá
Cambiando la A-3 por la M-30, Arde Bogotá inundó el Río Babel de la potencia de sus "Qué vida tan dura" y "Antiaéreo". Quizá fuera porque el listón del disco de estudio estaba alto o porque el fin de semana desbordado de conciertos pasó factura a los de Cartagena, pero se echó de menos cierta fuerza en "El beso" y "Besos y animales" (la coincidencia da que pensar que igual fue mal de amores). Pese a todo, los cowboys del momento hicieron saltar a un público salpicado por cientos de camisetas de su merch. Queda claro que la voz de Antonio García causa sensación y tiene mucha carretera por delante.
Alizzz
Con el de Castelldefells llegamos a la cúspide de “indie” del festival. El productor catalán hizo confluir el carácter electrónico de sus temas con detalles más orgánicos (mucha guitarra y percusión) que lo convirtieron en un show de “tecnorock futurista”. A cada bolo que pasa, Alizzz gana confianza sobre el escenario y, con ella, esplendor en directo. Mención especial a los visuales en los que se apoya para cada canción: diseños que recogen con acierto la esencia del productor catalán y que consiguen incorporarnos en su burbuja musical.
Jamiroquai
Preferí no hacerme spoiler y llegar al directo de Jamiroquai dispuesta a sorprenderme, y así fue. Lo último que esperaba de su front-man Jay-Kay era que apareciera, una vez más, vestido de indio y en chándal, pero así fue.
Su funk disco-galáctico tuvo al escenario principal bailando desde el primer compás: acompañado de un coro íntegramente sincronizado y un equipo preparado para hacer posible todo sonido espacial, los británicos nos hicieron viajar en esta noche final con temas repletos de brillo nostálgico. Al grito de auto-burla “You used to be a rockstar!” entregaban al público madrileño melodías supersónicas como "Alright" y "Virtual Insanity", con la que no cerraron oficialmente porque no pudieron evitar regalarnos "Deeper Underground" el espectáculo estelar.
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