El camino que el bueno de Ricardo lleva recorrido desde hace quince años es la mejor demostración de lo que un músico honesto, humilde y perseverante puede lograr en este país. En el mejor momento de McEnroe, su banda principal, apostó por grabar un disco junto a The New Raemon y por dar vida a “Esperanza”, su debut en solitario.
Varios lustros de aprendizaje han servido para ver cantar a Ricardo mejor que nunca sobre un escenario. Sin dejar de mostrarse nervioso cuando toca en casa, el músico de Getxo es capaz de cautivar a nuevos seguidores, fidelizar a los que ya estábamos y dejar con hambre de más cada vez que publica nuevo material.
Las ganas eran máximas por disfrutar en directo de las nuevas canciones de Ricardo. La expectación creada, sin duda, era merecida. Y siento reconocer que esperaba más electricidad inicial, seguramente porque soy demasiado fan de los autores de “Tú nunca morirás” o “Rugen las flores”. Porque el nivel alcanzado en directo por McEnroe en los últimos años te deja marcado.
La formación compuesta por los hermanos Guzmán (Txomin de Fakeband y Miguel, Zodiacs y Tulsa, entre otros) junto a Edu Guzmán, batería de McEnroe y fiel escudero de Ricardo, y el teclista Jimi Arteche, se antoja como una alineación muy fina que con el paso de los meses alcanzará altas cotas.
"Esperanza", el disco, transmite paz, serenidad y es capaz de generar ambientes cálidos de los que fuimos testigos en el concierto del Antzoki. Era buena ocasión para sentirse acariciado por un repertorio rico, variado y sensible. Los nueves cortes del álbum fueron ofreciendo matices y hubo picos gloriosos como “El momento. “Arena y romero” será siempre un referente de este álbum y en esta ocasión resultó vibrante. Los coros corrían a cargo de Txomin… hubiera sido precioso ver a la hija de Ricardo cantando junto a su padre.
Era más que previsible que el repertorio fuese enriquecido con temas de McEnroe. Sonaron “Ballenas”, “Un rayo de luz” y “La Electricidad” para subidón del respetable. Momento muy especial fue en el que Ricardo dedicó una canción (“Manolo”, aunque no es un título definitivo) a su padre, fallecido el año pasado. A destacar el toque punk, enérgico y breve, que transmitió el quinteto con “Las últimas semanas” (del proyecto Helicon, formado por Lezón y Edu Guzmán).
Catorce canciones a lo largo de casi hora y media, sirvieron para arrancar unas cuantas sonrisas y, al menos en mi caso, desear que pronto Esperanza y yo volvamos a encontrarnos.
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