De la fama a la gloria
ConciertosRalphie Choo

De la fama a la gloria

7 / 10
Martín P. Corral — 22-02-2025
Fecha — 19 febrero, 2025
Sala — Razzmatazz 1, Barcelona
Fotografía — Álvaro Escudero

Los fieles a Juan Salvador Gaviota (también conocido como Ralphie Choo) se congregaron en una Razzmatazz abarrotada para rendir culto al que es uno de los grandes descubrimientos musicales de 2024. Sobre el escenario, Ralphie demostró que su fenómeno va más allá del de un cantante, un productor, o cualquier otra etiqueta puesta por la industria.

A través de la hora y escasos minutos que duró su concierto, nos llevó por mil y un universos sonoros. Pocos tienen su facilidad para encajar un sample o llevarnos de la balada al plug, del jazz a la electrónica o del funk a la bachata. Y menos de la forma magistral con la que lo hace el daimieleño. Además de las cuerdas y teclados a los que estamos acostumbrados en un concierto de género urbano, Ralphie llevó a un trompetista y chelista que protagonizaron emocionantes solos en “Bulerías”, la canción de apertura, y “Ladrón de voces”, canción que estrenó en directo, respectivamente. Llevando así el organicismo digital propio del artista también al organicismo instrumental.

Los que hemos seguido un poco su carrera, también sabíamos que el derroche de energía estaba asegurado. Ralphie montó un “jaleo” sin miedo a gritos y patadas al aire, giros imposibles y expresiones flamencas, estas últimas acompañadas gran parte del set por las palmas del público, que lo dio todo desde el primer acorde de “Bulerías” hasta el último de “Omega”, con la que cerró el concierto.

Lo experimental trascendió de lo musical a lo visual, con una conexión en directo a Omegle, plataforma de videollamadas anónimas, mientras interpretaba la unreleased “Close To You” y una kiss cam en la ya mítica “VOYCONTODO”, sin duda uno de los momentos más emotivos del set. Consciente de la pertenencia de su público y él mismo a la generación digital, aprovechó su ingenio y ambición para convertir el espectáculo en una experiencia interactiva e irrepetible.

La gran sorpresa de la noche fue la aparición de Mori, uno de los mayores referentes del bedroom pop, que acompañó a Ralphie en su colaboración “WCID?”, que hizo caer al público abajo. También agradeció su colaboración con Rusowsky en “Dolores” y Barry B en “ROOKIES”, que no pudieron acompañarle en la presentación.

El único punto débil del concierto fue que en su viaje entre el beat y el llanto muchas veces perdimos su voz. Como ya bromeó al inicio del concierto “poco a poco voy aprendiendo a cantar” y lo que cantó lo defendió bien. Pero con el dispendio de energía física que presentó es muy difícil mantener la voz en toda la canción, aunque ello le jugó una fortaleza en el escenario que eclipsó todo lo demás. Como dijo hacia el final del concierto con un cigarro en la mano “a quien fuma dios le ayuda”, y la conexión de todos estos elementos con la identidad de su público hizo que el no cantar resultase indiferente entre sus fanáticos.

En sus dos noches de sold-out de Razzmatazz Ralphie pasó “de la fama a la gloria”. Juan Salvador Gaviota fue más allá de ser un cantante, un productor o hasta un artista, encumbrándose como el mesías de la subcultura de los cabellos decolorados, las chaquetas de Stüssy y los estampados de guepardo. Todo ello bajo el símbolo de la paloma que crean dos manos cruzadas sostenidas entre los pulgares, emblema de su religión.

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