Fin de ciclo

21 de Febrero de 2020 Queralt Lahoz se presenta en La Nau de Barcelona ante unas trescientas personas con tan solo un Ep de cinco temas en su haber, pero con una energía, un saber estar y unas ganas de comerse el mundo que ya hacen presagiar algo grande. Tres años después, pandemia mediante, la de Santa Coloma cierra una etapa en la que no ha hecho más que crecer desde, como ella misma reivindica con orgullo sobre las tablas, la más absoluta de las independencias.

Es sábado 25 de febrero y su concierto en una abarrotada sala Paral.lel 62 marca el fin de gira de su primer largo. “Pureza” le ha dado muchas alegrías, pero la primera de todas ellas ha sido que no ha parado de presentarlo allí donde la llamaran. Flanqueada por sus ‘niños’, Marc Soto a la batería, Pau García a los teclados y Fede Jahzzmvn como DJ, se ha pateado todo el país con la misma entrega y pasión del primer al último día. Y eso no podía pasar desapercibido. Por eso los reconocimientos no han tardado en llegar, y su reciente premio dentro de los Music Moves Europe 2023 del ESNS holandés o su actuación en la gala de entrega de los Gaudí televisada por TV3, le han dado una gran proyección, colocándola en la rampa de salida preparada para el siguiente salto. El que debería ser su gran salto, con todo el vértigo que eso genera.

Queralt Lahoz salió como un vendaval al escenario y eso hizo que los primeros temas se resintieran en su sonido y sonaran algo embarullados. Un tono acelerado que poco a poco se fue calmando y cogiendo el tempo de las grandes citas. Había nervios porque la noche se sabía especial y todo tenía que salir a pedir de boca. Y lo hizo. Fueron dos horas en las que Queralt Lahoz no se dejó NADA en el tintero. Ataviada primero por un abrigo largo de color azul y un gorro ruso a juego, poco a poco se fue desprendiendo de ellos para lucir de blanco pureza. La misma que se adivina en su música y sus canciones. Y a partir de ahí el desfile de invitados que tenían que convertir la noche en algo más que un simple concierto de Queralt Lahoz. Aunque hubo ausencias sonadas porque, por ejemplo, resultó imposible traer a los Califato 3/4 para interpretar esa maravilla titulada “Tó ba a çalih bien mamá” y Lia Kali causó baja en el último momento por enfermedad. Aunque sí estuvieron La Plazuela para reivindicar esa conexión granaína, como también estuvo el guitarrista Oscar Soriano o Daniel Felices, Naranjita de Triana, Ramón Tato, Carmen Cortés, Arnau Alfonso, los bailarines de flamenco José Manuel Álvarez y Violeta Barrio, al igual que Las Ninyas del Corro y sus afiladas rimas. Un elenco de artistas que provocó que saliera el lado más flamenco de la cantante de Santa Coloma, convirtiendo el escenario de la antigua sala Barts en una juerga flamenca final que mostró con orgullo dónde empezó todo.

Fin de gira, fin de ciclo y nuevas puertas que deberán abrirse para deparar un futuro que se intuye prometedor, aunque cabe preguntarse hacia dónde va a dirigirse Queralt Lahoz a partir de ahora. Sus últimos pasos nos han dado pocas pistas al respecto. Más bien parece que la artista haya jugado al despiste con su público. Porque muy poco tienen que ver  entre sí la tremenda salsa de “Vendavales” -que en la antigua sala Barts contó con toda la pléyade de músicos que también aparece en el video- con un tema rasposo, oscuro, urbano y electrónico como “Blade” o esa maravílla de corte latino y reguetonero titulada “En otro lugar” que es de los tres últimos singles el que mejor ha funcionado, algo que también pudo comprobarse  durante su directo. Tres palos muy diferentes que demuestran que todo lo que hace Queralt lo sabe bordar a la perfección y que sabe sacar máximo partido al eclecticismo de su música. Sin embargo, todos somos conscientes de que los grandes discos como “El Madrileño” o “Motomami" tienen un concepto que los aúna en su diversidad. ¿Cuál será el siguiente paso de Queralt? ¿Dónde está su techo? Preguntas que no tienen respuestas inmediatas y que solo el futuro, ese que se intuye tan esperanzador, se encargará de contestar. Nosotros solo aspiramos a seguir estando ahí para contarlo.