Poderío vocal

En un momento donde efectos vocales y sobreproducciones de estudio parecen ocupar una parte importante del panorama musical, se agradece, y mucho, poder asistir a un concierto donde los únicos protagonistas son guitarra y la voz. Esta es, sin duda, la fórmula perfecta para poder admirar el talento por encima de todo y, en muchos casos, poder reconciliarse con la música. Ambos sentimientos se tuvieron que dar cita este pasado jueves en el Parque de Santa Margarita de A Coruña, en donde Queralt Lahoz dio el pistoletazo de salida a la nueva edición del ciclo de conciertos “Jardín Alhambra”.

Un concierto en un enclave íntimo y con un aforo muy reducido, en donde la catalana se presentó acompañada de Daniel Felices a la guitarra. Con él lleva tocando desde sus inicios en el mundo de la música, y esa complicidad y excelente conexión se pudo apreciar desde el inicio. Una primera canción que ya encandiló a un público que, salvo en contadas excepciones, guardó un silencio sepulcral que permitió poder disfrutar del espectáculo tan maravilloso que estaba teniendo lugar sobre el escenario. Queralt Lahoz, aunque dijo disfrutar mucho del formato en el que se presenta acompañada de toda la banda, afirmó estar muy contenta de poder llevar su música en acústico, permitiéndole explicar aquella historia escondida tras las canciones en plena interactuación con los asistentes.

La única pega podría recaer sobre la relativamente corta duración del concierto, aunque ya se sabe que más vale poco que mucho y malo. En el repertorio no faltaron algunos de sus temas más importantes, así como varias versiones que hicieron las delicias de quien allí estaba. De esta forma, la interprete y su acompañante interpretaron “Tan rico”, “Línea 18”, “De la cueva a los olivos” o “El alijo”, así como versiones de “Limosna de flores” de Lola Flores o “María la portuguesa” de Carlos Cano. Algunos de los momentos más personales se vivieron, precisamente, con esta última versión (por ser una de las canciones con las que ambos se criaron desde pequeños) y también al explicar la historia detrás de “El Alijo”.

No faltó la reivindicación de la música de raíz, en un concierto donde Queralt Lahoz demostró ser una de las voces más interesantes del panorama español. Y, posiblemente, una de las más desconocidas a pesar de ser una artista con cierto recorrido y presencia en distintos eventos y festivales. Alguno de los asistentes se aventuraba a afirmar que Rosalía tenía que temblar ante lo que nos puede ofrecer la de Santa Coloma. Más allá de una comparación que puede resultar inevitable (y también innecesaria), no sería descabellado pensar que, con un poco de suerte y apoyo, lo de Queralt Lahoz puede dar para que sea la imagen de la música española en un espacio de tiempo no muy lejano.