Los granadinos El Puchero del Hortelano cerraban su periplo por tierras vascas el pasado 25 de enero en la sala Jimmy Jazz de Vitoria-Gasteiz, en la gira de presentación de su último disco “2013”, "Que no nos quiten la alegría". El grupo se encuentra en un momento dulce de su carrera, aunando experiencia y madurez en las composiciones, con una banda muy sólida y un repertorio diseñado para el disfrute de los seguidores que abarrotaban la sala.
Abrían la noche con “Paisajes”, título con el que comienzan también su nuevo disco y con el que consiguen meterse al público en el bolsillo desde la primera canción. La primera parte del concierto se centró más en sus últimos discos de estudio “2013” y “El tiempo de Manuel”, sin olvidar los comienzos de la banda con “De ovejas y corderos”, para deleite de una audiencia completamente entregada y dispuesta a corear y bailar cada una de las canciones que el grupo iba desgranando sobre el escenario.
La banda se desenvuelve con soltura sobre las tablas. Con una puesta en escena cada día más rockera pero sin renunciar a su esencia mestiza, buscan constantemente la complicidad con su público, dan palmas, jalean y contagian con su actitud vitalista y positiva. El grupo se apoya y se deja llevar por el buen hacer de su guitarrista Patricia Ramos y la voz desgarrada de Antonio Arco y destaca especialmente el buen trabajo que desarrolla la sección de vientos.
Tiempo para los clásicos ya “Sábado” y “Lo que me pasa es que me cuelgo” de su disco “Harumaki” de 2007 y vuelta a presentar los temas nuevos sabiamente combinados con canciones de su tercer disco “Candela”. Los ritmos arabescos de los metales de “Pablito” consiguieron mover los pies de las pocas personas que todavía no lo habían hecho, para pasar a una fase más intimista del concierto con temas como “Plácida” y “Manuel”. A partir de ese punto despegue de los granadinos subiendo en intensidad y comunicación con los más fans hasta culminar con “Quiero saber”, tras la cual la banda se retira del escenario tras hora y cuarto de entregado concierto.
Tras la ovación del público y consiguiente petición de bis, reaparecieron con “Estocolmo” que enlazaron seguidamente con la versión del tema de Francis Cabrel “La quiero a morir” que con toda justicia han conseguido hacer suyo y que tan buena acogida recibe siempre en cada concierto. “Asuntos serios” fue el tema de cierre y que consiguió dibujar una sonrisa de satisfacción entre todas las personas que nos encontrábamos en la sala Jimmy Jazz. Un buen fin de fiesta con el que se retiraron de forma definitiva tras una cerrada ovación.
Energía positiva y vitalidad en un buen directo con una actitud que es de agradecer en estos tiempos difíciles que estamos viviendo y que el propio cantante Antonio Arco nos resumía a la perfección: “Que no nos quiten la alegría”.
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