No hay duda de que la Sala BBK es una de las mas elegantes salas de Bilbao, con buena acústica, buena visibilidad, céntrica… vamos, una sala perfecta tanto para tocar como para ver un concierto. Su emplazamiento en medio de la Gran Via, entre tiendas multinacionales abiertas con senda iluminación, acaba jugando en contra, impidiendo ese ambientillo preconcierto tan necesario. Ademas, es una sala grande, que con poca afluencia puede dar sensaciones contrarias. Este jueves bochornoso de marzo los tiros van igual de encaminados. Ni rastro de cuadrillas o últimos cigarros antes de la velada, solo los músicos cabizbajos de Trashi dudosos de la asistencia un día más de gira.
Los acordes pegadizos de la intro de “S.O.L.O.” llama la atención de las en torno a cincuenta personas congregadas en la sala. En el escenario, Thalamas, DJ y productor, vestido de traje, serio “vendedor de hipotecas” como el propio Suave le apodó. Por su parte, Suave llevaba una falda de tubo larga con raja detrás y sudadera con capucha. Puesta en escena sobria, con las visuales proyectándose encima del backline de Trashi. “Bienvenidos a la fiesta privada de Suave”, continuó con “Mediterraneo”. Aunque es verdad que el publico no ayudaba demasiado, el proyecto que más ha destacado de los últimos concursos VillaSoundBilbao, con lo bien que lo hacen y lo sobrados que van en el escenario ya podrían apostar por una actitud más echada para adelante.
La sala se divide en dos mundos. El que sucede en el escenario; comprometido, inspirado y resultón, y el del publico, más frio y conversador. No alcanzo a diferenciar o etiquetar tribus urbanas, el publico se compone por un collage de tribus urbanas todas mezcladas en un mismo individuo. O eso o no tengo recursos visuales suficientes como para etiquetárosla, pero esta claro que no se pueden encasillar en “raperos” o “rockeros” como estamos acostumbrados a ver. Raramente se cruzan miradas entre estos dos espacios. El artista sigue desgranando sus primeras referencias, dedicando canciones incluso a conocidas, pero entre el publico ni siquiera se agitan cabezas.
El show sigue desarrollándose con un tema inédito (con entrada fallida), en lo que en una sala más pequeña o acogedora podría haber sido un fiestón familiar entre amigas. Las proyecciones, muy cuidadas, mostraban videoclips, gifs, o, al sonar el nuevo single “50ytantos” metrjes de Sorrentino. A Thalamas le juega alguna mala pasada la mezcla en directo (se valora aun así la propuesta de live), pero es tan buen productor que se tira rítmicas con campanas a lo Tyler The Creator en otra inédita (“sobre relas de mierda”, comentaba Jon), cuando empieza a haber bailecitos tímidos entre el publico.
Posteriormente, en “Café Berlin”, el cantante se limita a acompañar (por primera vez en ingles) el pedazo de banger bailable y pegajoso que plantea Thalamas. Es entonces cuando se acelera el tempo y ofrece temas mas pisteros, en esta nueva onda de house que inauguró Chico Blanco en el sur y ha acabado llegando al norte con Hofe, entre otros. Va terminando el show en un hibrido entre Dj set y live, con Suave pasando detrás del set, la conmovedora “Ella tiene 1 angel”, seguido de un edit witchousero que recuerda a Kamixlo y terminar con “Santa Agueda”, el ultimo hit del artista local. Alegria tener estos artistazos cerca.
Trashi es una banda difícil de clasificar y al mismo tiempo fácil de adivinar: un pelotazo teenager lleno de adrenalina que vuelve loco al publico más joven. Sin embargo, en forma no es asunto tan fácil: parten del rock, pero incorporan infinidad de elementos de otros estilos en una amalgama ultraproducida e imbatible. Como navegar por Tumblr en 2010 con veinte pestañas abiertas sonando a la vez y el Messenger dando zumbidos. Procedentes de Murcia pero asentadas en Madrid, la banda rezuma juventud, profesionalidad y feeling. El resultado de toda una vida creciendo en torno a la música, claro (desde el insti, cuando empezaron como Jump to the Moon).
La sala estaba más empacada después de la salida a tomar aire de rigor, había mas curiosidad, quizás por la propuesta más rockera/bailable/eufórica. Una base solida de bajo y batería limpios y minuciosos adornada con autotune, sampleo y guitarras distorsionadas. Ah claro, y el show del frontman, que salió copa en mano para empezar con “No me ves” y “Ojalá no te hubiera conocido nunca”. Ese publico darks con toques fosforitos flow 2000 ya lanzaba las manos al aire y coreaba estos primeros hits de la banda (en torno a unas 50.000 escuchas en solo un año) cuando Sergio Nicolas planteaba “¿os gusta la bachata?” para marcarse una versionaza de “Bachata” de Manuel Turizo, uno de esos temas pop redondo que funciona en casi cualquier estilo.
Firmando el MVP a performance épica, se quita la camiseta para pedir pogo y seguir desgranando temas como “Mañaneo” (feat Pedro Ladroga e InnerCut) o colgarse la guitarra para balada en medio tiempo con un piano disparado que recordaba al “Runaway” de Kanye. Buenas referencias, sonidazo y técnica limpia. ¿Algo más? Venga, pues versión punkrockera de “Fiebre” de Bad Gyal enlazando con “Alocao”. No se nos puede pedir tanto movimiento a los vascos, joder. Aún así, de “Playa flamenca”; otro de sus éxitos, aprovechan para agradecernos la asistencia “y que rico se come”, claro. El publico por fin reacciona, se ve algún pogo tímido e incluso personas subidas en los hombros, al mas puro estilo festivalero.
La propuesta de Trashi tiene mucho disparado: unos coros geniales que le dan cuerpo a los temas, sintetizadores, alguna percusión… pero eso no quita que ver a sus músicos sea un autentico espectáculo. Solos de estadio a lo Killers, epicidad... Van empastadas, tight, con seguridad… no estamos acostumbrados a tanta calidad. El cantante rasga la voz a su antojo, utiliza el autotune bien (hay artistas que aun no han leído el manual, al parecer) y sabe aprovechar su registro. Siguen presentando temas nuevos como “Co-star” o inéditos cuando se produce el momento de mayor conexión con el publico: Sergio baja a las primeras filas agradeciendo en los últimos temas y, por supuesto, invitando a la gente a sumarse a la fiesta del after.
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