La única fecha de la mítica banda irlandesa en nuestro país no congregó a tanto público como debiera. La sala no se veía vacía, ni mucho menos, pero una banda de la calidad y trayectoria de Primordial, y, además, en su única fecha en la península, merecía algo más. Sea como fuere, obtuvieron una cálida respuesta de los presentes, entregados fervientemente a su épico heavy metal con trazas black y background céltico, de ritmos lentos y penetrantes, guitarras densas y graves, y un frontman de otro mundo, Alan Averill, que eleva el conjunto a otro nivel.
Cubierto de maquillaje entre el corpsepaint propio del black metal y las pinturas de guerra de “Braveheart”, así como una capucha a lo Nergal de Behemoth, el carismático líder del quinteto controla perfectamente los tempos y el discurso –mezcla de humor y solemnidad–, repite con la naturalidad y el efectismo de un Dickinson o un Halford frases como “are you with me?” y, por encima de todo, luce voz, tanto en su versión más limpia –en ”Babel’s Tower”, algo así como Anathema tocando una jam con Satyricon– como en su registro más rasgado –en “Where Greater Men Have Fallen”, la primera de la noche–. Un setlist, en conjunto, robusto y sin fisuras, coronado por “Empire Falls” y “Heathen Tribes”, que bien podrían sonar en la serie “Vikingos” o en las invasiones bárbaras de las costas irlandesas.
Abrieron la velada Enisum, desde Italia, que nos presentaron su recién publicado quinto disco, Season Of Desolation. A pesar de mostrarse algo estáticos sobre el escenario, nos brindaron una dosis de excelente black metal de corte atmosférico, con ocasionales y agradecidos descarrilamientos por terrenos más enérgicos y rifferos al estilo del Deathcrush de Mayhem.
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